Puigdemont corrige a su vicepresidente por el IRPF
oeEl aumento de impuestos tensiona la relación entre CDC y ERC en el Govern oeEl president: “No hay que dañar al contribuyente por culpa de la financiación” oeJunqueras sopesa subir el tramo más alto y reducir los bajos
Materia sensible por definición, la subida de impuestos amenaza con convertirse en el primer motivo de conflicto serio entre CDC y ERC dentro del Govern. Tanto que, después de que el jueves el vicepresidente y conseller de Economia, Oriol Junqueras, destapara la caja de los truenos con la posibilidad de aumentar el IRPF a las rentas más altas, ayer el propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la portavoz del Govern, Neus Munté, negaron la mayor. La previsión para el ejercicio del 2016 no es incrementar el IRPF, vino a decir el jefe del Govern y la consellera de Presidència hasta recordó que la prioridad, de acuerdo con el programa electoral de Junts pel Sí, es “rebajar la presión fiscal a las rentas medias y bajas”.
El anuncio de Oriol Junqueras de que la subida del tramo más alto del IRPF, a pesar de que en el bo- rrador de la ley de acompañamiento del presupuesto del 2016 no estaba prevista, se encontraba en estudio –se supone que a partir de las demandas de algunos grupos del Parlament como la CUP– provocó la airada reacción de CDC. El domingo –en una entrevista en La Vanguardia–, Francesc Homs se mostró especialmente contundente al reprocharle el planteamiento y que ERC estuviera demasiado pendiente de los movimientos de la formación de la izquierda anticapitalista y de las confluencias de izquierdas. Y ayer, aunque desde el Govern se intentó quitar hierro a la polémica, al final a sus máximos representantes no les quedó más remedio que admitir que el aumento del IRPF no es en absoluto la prioridad.
Después de la habitual reunión de los martes, la portavoz Neus Munté reconoció “la necesidad real de conseguir nuevos ingresos” y de que, por tanto, se estaban estudiando los mecanismos para hacerlo posible, pero también admitió que “en unos hay margen y en otros no”. Y, de hecho, cuando puso como ejemplo algún impuesto en el que todavía hay margen para el incremento no citó el IRPF, sino algunas figuras del ámbito medioambiental a partir de la transposición de la normativa de la Unión Europea. El mismo Carles Puigdemont terció en el debate y lo hizo igualmente para declararse partidario de no subir impuestos. “Trabajamos para que en la ley de acompañamiento de los presupuestos no haya ningún retoque en los impuestos”, aseguró, y subrayó que “los contribuyentes no tienen ninguna culpa” de que Catalunya
El equipo de Junqueras prevé aumentar el tramo más alto y reducir los más bajos Economia confía en poder incorporar la modificación en el trámite en el Parlament
tenga problemas con su sistema de financiación, de manera que “si tenemos un problema en el sistema de financiación, lo debemos arreglar, pero sin perjudicar a los contribuyentes”.
Una posición del presidente de la Generalitat que contrasta con la estrategia que persigue el Departament d’Economia, que trabaja con la opción de plantear en el trámite de los presupuestos en el Parlament una subida del IRPF a las rentas de más de 110.000 euros, pero acompañada de una rebaja a los contribuyentes con los ingresos más bajos. Fuentes de Economia explicaron ayer a La
Vanguardia que trabajan con varios escenarios de modificación de los tipos del impuesto de la renta sin que haya una decisión en firme tomada y el propio secretario de Economia, Pere Aragonés, se reafirmó en la necesidad de introducir cambios impositivos para que Catalunya tenga que depender menos del FLA. Carles Puigdemont dejó clara su oposición a la postura de su socio en el Govern ante un grupo de empresarios y ejecutivos en un almuerzo, dentro de la jornada “Nuevos tiempos, nuevos retos para la em- presa”, organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Deloitte.
El presidente de la Generalitat negó, en todo caso, que la situación actual sea la de un “infierno fiscal” y remarcó que para comprobar si la presión fiscal en Catalunya es alta es necesario compararse con otras economías del entorno. Los empresarios y ejecutivos presentes en la jornada le preguntaron, en este contexto, si aceptaría un pacto fiscal como alternativa a la independencia, a lo que contestó que “si la voluntad del pueblo es que haya pacto fiscal, se ha de implementar, igual que si se da al revés”, precisó. En su intervención, Carles Puigdemont se mostró también muy crítico con la gestión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aunque descartó que afecte al prestigio de Barcelona, porque “es tan potente que nadie se lo puede cargar” y “muchas ciudades se cambiarían por Barcelona incluso con la alcaldesa Ada Colau”.
La tensión entre CDC y ERC dentro del Govern a cuenta de los impuestos llega, además, en vísperas de una nueva campaña electoral, la del 26-J, a la que los dos partidos concurren por separado y en la que volverán a competir por el mismo espacio. Intentar compaginar en este escenario la sintonía dentro del gabinete con la confrontación electoral es una tarea que no se presume en absoluto fácil, hasta el punto de que algunos preferirían que los miembros del Govern no intervinieran en la contienda. Para curarse en salud, Neus Munté garantizó ayer mismo que “las elecciones no harán variar el día a día y la cohesión del Govern”, aunque dentro de los partidos hay quien teme que salten chispas.
Munté recuerda que la prioridad es rebajar la presión fiscal a las rentas medias y bajas El nuevo escenario electoral contribuye a poner en riesgo la cohesión del Ejecutivo