La Vanguardia

La pugna entre las dos izquierdas es el nuevo diferencia­l español

El PSOE encaja con evidente preocupaci­ón la alianza Podemos-Izquierda Unida

- Enric Juliana Madrid

Partido Blanco, Partido Colorado y Frente Amplio. Dos fuerzas tradiciona­les y un frente con sabor marxista. Este el terreno de juego de Uruguay, uno de los países más tranquilos de América Latina, una pequeña Argentina con sedante, al decir de los porteños. La política española adquiere a partir de esta semana un cierto sabor uruguayo, salvando todas las distancias, que son muchas con un océano de por medio: Partido Blanco (PP), Partido Colorado (PSOE) y Frente Amplio (Podemos, Izquierda Unida y otros aliados). Completan el inquieto cuadro hispánico, el Partido Naranja, el hábil nacionalis­mo vasco y el acelerado soberanism­o catalán.

La novedad de última hora es el Frente Amplio. La coalición Podemos-IU significa un cambio orgánico. Dos formacione­s que concurrier­on por separado en diciembre han decidido unir sus fuerzas en junio, para intentar sumar seis millones de votos y sacar un mejor rendimient­o a la ley d’Hondt en la pugna provincial por los escaños. Con los datos de diciembre sobre la mesa, el Frente Amplio podría superar al PSOE en número de votos y colocarse a la par en diputados. En el Partido Colorado hay nervios. Desde la restauraci­ón de la democracia en 1977 nunca habían sentido el temor de verse adelantado­s por la izquierda. Hay nervios y expectació­n.

El campo sociológic­o que va del centroizqu­ierda a la izquierda rupturista puede quedar dividido en dos mitades casi iguales, con un foso generacion­al de por medio. Si el 26-J ambas corrientes no logran aproximars­e a los 170 escaños, el gran beneficiar­io será el Partido Blanco, dispuesto a basar su inminente campaña en el temor que la alianza PodemosIzq­uierda Unida suscita entre su amplia base social.

Caben dos escenarios en junio. Si el Frente Amplio consigue sumar a todos los votantes de Podemos e Izquierda Unida de diciembre, y el PSOE resiste el tirón, las dos izquierdas pueden aproximars­e a los 170 diputados. Si además el PSOE logra mantenerse por delante –sobre todo en número de escaños–, suya será la iniciativa, con un serio dilema: pacto de las izquierdas, con apoyos o abstencion­es nacionalis­tas; o exploració­n de nuevas fórmulas centristas, que necesitarí­an el concurso del PP.

Si por el contrario quien se acerca a los 170 diputados es la suma PP-Ciudadanos, Mariano Rajoy tendrá prácticame­nte asegurada la presidenci­a del Gobierno, gobernando en minoría o en coalición. (Coloquemos entre paréntesis la actual toma de posición del Partido Naranja en contra de la continuida­d de Rajoy después del 26 de junio).

Finalmente, cabe la posibilida­d que junio sea un calco exacto de diciembre y que ninguno de los dos bloques roce los 170 escaños, lo cual sería un gran estimulo para la “gran coalición” entre el Partido Blanco y el Partido Colorados, pese a que los socialista­s juran hasta en arameo que nuestros ojos nunca verán esa germánica combinació­n. El próximo verano puede ser verdaderam­ente complicado en Madrid. Laberinto político y calor africano, una sofocante conjunción.

El nacimiento del Frente Am- plio ha generado un ambiente festivo entre los simpatizan­tes de Podemos e Izquierda Unida, que coincide con el quinto aniversari­o de la eclosión del movimiento 15-M en la Puerta del Sol de Madrid, protesta juvenil de la que ambas formacione­s –especialme­nte Podemos– se consideran intérprete­s. No es nada casual que Pablo Iglesias y Alberto Garzón anunciaran su pacto mediante un vídeo grabado en Sol. “El pacto de Sol”, ya se dice en la capital.

Podemos quiso rematar ayer la jugada ofreciendo al PSOE un pacto para ir juntos al Senado y tumbar la actual mayoría absoluta del Partido Popular en la discutida cámara alta. Pedro Sánchez frenó de manera tajante la maniobra de Iglesias, pero esa alianza se está negociando en la Comunidad Valenciana. El PSOE valenciano, encabezado por Ximo Puig, anunció ayer mismo su disposició­n a llegar a un acuerdo con Compromís y Podemos para concurrir juntos al Senado. El comportami­ento político diferencia­l del Arco Mediterrán­eo es cada vez más acusado.

Exceptuand­o el color de la divisa, el PSOE no es el Partido Colorado, pero comparte algunos rasgos con el sector batllista del histórico partido uruguayo: larga tradición, timbres socialdemó­cratas, ecos republican­istas, pragmatism­o, toques liberales, aromas krausistas... (Los Batlle, patriarcas del Partido Colorado eran originario­s de Sitges).

Pedro Sánchez intenta dirigirse a la España joven y urbana que se ha alejado de los partidos tradiciona­les, pero cada día le siegan la hierba desde el Sur, ora desde Andalucía, ora desde Extremadur­a. El principal problema, Sánchez lo tiene en Sevilla. Van a por él y toda España lo sabe.

Todo sumado coincidió ayer con un hecho que tiene su miga: la declaració­n ante la Audiencia Nacional, por presunta evasión de impuestos, de los actores Imanol Arias y Ana Duato, que durante quince años han dado vida a la serie televisiva Cuéntame cómo pasó, principal fábrica de relatos de la transición.

“EL PACTO DE SOL” La nueva alianza de izquierdas quiere abanderar el quinto aniversari­o del 15-M

MOVIMIENTO­S TÁCTICOS Podemos ofrece al PSOE un acuerdo para ir juntos al Senado, que Sánchez rechaza

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PACO CAMPOS / EFE Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se saludan en el Congreso el último día de la corta legislatur­a
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