La Vanguardia

Obradovic y CSKA, líneas opuestas

- Juan Antonio Casanova

El Laboral Kutxa vuelve ocho años después de jugar cuatro final four seguidas. Habrá también una inédita semifinal rusa. Y, en teoría, dos favoritos claros con historias radicalmen­te opuestas. Uno, el Fenerbahçe, por su entrenador, Zeljko Obradovic, que suma ocho títulos en la Euroliga, el doble de quienes le siguen. El otro, el CSKA de Moscú, por el equipo, que ha estado presente en trece de las catorce últimas final four pero sólo ha ganado dos de ellas. No; no le faltan alicientes a este fin de semana europeo en Berlín, aunque desde nuestra perspectiv­a se haga extraño no ver en acción ni al Barcelona ni al Real Madrid, algo que no ocurría desde el 2008.

Durante muchos decenios la Unión Soviética tiranizó el baloncesto europeo gracias sobre todo a la enorme superiorid­ad física de sus pívots, en algunos casos (Andreev, Tkachenko y sobre todos Sabonis) acompañada de una técnica notable. El CSKA actual, el equipo más anotador de esta Euroliga, con 90,7 puntos por partido, y el mejor en triples (42,8%), es la prueba más clara de cómo han cambiado las cosas. El único pívot puro de la plantilla, Freeland, sólo ha podido jugar doce partidos por una lesión en el hombro derecho y tampoco estará en Berlín. Lo más parecido es Hines, un 1,98 m provisto de unos muelles en las piernas que ya ganó los dos títulos consecutiv­os del Olympiacos y esta temporada ha sido elegido mejor defensor de la Euroliga.

Los mejores jugadores del CSKA, los máximos anotadores de la competició­n y miembros del cinco ideal, son dos exteriores: el base serbio Teodosic (16,3 puntos y 5,6 asistencia­s) y el escolta francés De Colo, recuperado hace dos años de la NBA (18,9 y 4,9, respectiva­mente). El caso de Teodosic es doblemente curioso. Por un lado, esta es ya su séptima final four… y no la ha ganado nunca. Por otro, no ha sido titular en ningún partido de esta Euroliga. Igual que Bourousis (Laboral Kutxa), máximo reboteador del torneo (8,9) y elegido mejor pívot después de salir por la puerta de atrás del Real Madrid. Sus casos avalan la teoría de que lo importante no es empezar el partido, sino acabarlo.

Para romper el pronóstico en el duelo ruso, en el Lokomotiv debería coincidir un gran partido del español Claver y los tres estadounid­enses que amargaron al Barça: el base Delaney (posible fichaje de los Brooklyn Nets, como Teodosic y De Colo) y los interiores (es un decir) Randolph y Singleton.

Decir Euroliga es decir Obradovic. El gran especialis­ta. Esta es su decimoquin­ta final four (contando la Suproliga del 2001) como entrenador (en la de 1988, la primera, estuvo como jugador del Partizan) y la ha ganado ocho veces, con cuatro equipos distintos. Aunque de la última, la quinta con el Panathinai­kos, hace ya cinco años. Esta es su terce- ra campaña en el Fenerbahçe. En la primera ganó la Liga turca, pero el top 16 europeo fue un desastre. En la segunda llegó a la final four , pero cayó en la semifinal ante el Real Madrid, anfitrión y a la postre campeón. El mismo Madrid al que ahora ha eliminado con un inapelable 3-0 en el playoff, dejándole en 70 puntos por partido.

Su plantilla es segurament­e la más equilibrad­a, con un cinco titular de lujo que forman Dixon, Bogdanovic, Datome, Vesely (miembro del cinco ideal y recién recuperado de su lesión en el tendón de Aquiles) y Udoh, todos ellos aportando entre 12,4 y 10,9 puntos por

Hay dos favoritos con historias radicalmen­te opuestas: uno, el Fenerbahçe; otro, el CSKA

partido, y relevos de garantías en todas las posiciones.

Un hueso muy duro para un Laboral Kutxa que no tiene nada que perder y que ha hecho valer su carácter (4-0 en el top 16 ante Barça y Madrid) y la defensa, por encima incluso de la gran aportación individual de Adams y Bourousis.

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