La Vanguardia

La última esperanza

- TONI LÓPEZ JORDÀ Estreno.

Me gustaría verte en la F-1 en el 2017, o en el 2018. Tienes un gran reto por delante en tu segundo año en la GP3”, emplazaban con tono cordial, como una invitación, a Àlex Palou. El deseo, sin embargo, sonó a desafío, a objetivo ineludible de la temporada, viniendo de quien venía. Vicenç Aguilera, el presidente del Circuit de Barcelona-Catalunya, y máximo responsabl­e del programa Jovess Pilots, de apoyo a las promesas del automovili­smo catalán, ponía el listón bien alto al chico de Sant Antoni de Vilamajor. “Àlex es una apuesta que tenemos que hacer, es el único piloto a quien veo con progresión, no hay ningún otro joven como él en el Estado español. Es nuestra perla, y lo tenemos que cuidar”, confiesa Aguilera a este diario sobre la última esperanza de la cantera catalana y española. El escogido para “ser el siguiente” en la F-1, después de Carlos Sainz.

Lo asegura Adrián Campos. Que no es cualquiera. El hombre que descubrió a Fernando Alonso, quien dio la primera oportunida­d al asturiano en la Fórmula Nissan en 1999, no tiene ninguna duda. Con su ojo clínico y la experienci­a de casi un cuarto de siglo formando pilotos, “cinco o seis cada año”, y de haber llevado a 10 al gran circo, Adrián hace una afirmación categórica cuando se le pregunta por Àlex Palou, su discípulo en la escudería Campos Racing de GP3: “Han tenido que pasar más de quince años desde que trabajé con Fernando Alonso y Antonio García para encontrar a otro piloto que se parece mucho a ellos...”, dice sin perífrasis ni ornamentos el expiloto de Alzira desde el otro lado del hilo telefónico. Se hace el silencio. La sentencia de Campos haría poner en guardia a cualquiera que haya oído todo tipo de elogios cada vez que aparece un piloto que promete. ¿Quiere decir? Y Adrián se reafirma.

“Àlex tiene oficio de piloto, y su potencial es acojonante...”, dispara. “No es para compararlo con Fernando ni con Antonio, pero no he encontrado a nadie de quien pueda decir: ‘Con este chaval me la juego, pongo la mano en el fuego’. Entre los españoles no hay ninguno como él. Y de extranjero­s, no he visto ninguno”.

Y el remate final: “Estoy convencido de que es el siguiente en llegar a la F-1... si todo está en su sitio y él cumple. Lo digo yo y lo dice también Lluís Pérez-Sala, y juntos es difícil que nos equivocamo­s”. Lo corrobora Aguilera: “Después de Sainz va él, le doy dos años, por eso le aprieto como haría Helmut Marko”, ríe el ingeniero industrial.

Àlex Palou Montalbo (Sant Antoni de Vilamajor, 1/IV/1997), 19 añitos, echa el freno. “Creo que el señor Aguilera se ha tirado un poco a la piscina... Es muy difícil entrar en la F-1 ahora. Sólo hay 22 plazas, y somos muchos pilotos. No sólo dependes de los resultados, también de tener mucho dinero”, dice el vallesano con los pies en el suelo, pero sin perder de vista el reto y el reconocimi­ento al Circuit por confiar en él desde el 2014 como jove pilot del programa. “A pesar de los recortes económicos, me han ayudado los tres años, y mucho, nunca lo han dudado; les estoy muy agradecido”, comenta el piloto, que se estrena el viernes en el Circuit en la temporada de GP3, el tercer peldaño de los monoplazas.

Será su segunda temporada en la categoría, el tercer año trabajando con

Àlex Palou, con 19 años, es “la gran perla” de la cantera catalana, “el siguiente que llegará a la F-1”. Abre el curso de GP3 en Montmeló

El Circuito de Barcelona acoge este fin de semana, al lado de la F-1, las dos primeras carreras de GP3 (sábado, 17.20 h; domin

go, 9.15 h) Adrián Campos, quien lo subió del karting a los monoplazas en el 2014. “La primera carrera que hizo en monoplazas la ganó”, recuerda al expiloto valenciano. La progresión de Palou fue impresiona­nte: acabó tercero en la Euroformul­a Open y segundo la F-3 española. Pero el 2015, primer curso en la GP3, fue durísimo, con resultados discretos. Le pasó de todo. Se rompió la clavícula con la bicicleta, se resintió la preparació­n física, tuvo problemas mecánicos, la pifió en varias salidas... pero ganó la última carrera, en Abu Dhabi”. Acabó 10.º.

“Ahora, en mi segundo año, teniendo coche nuevo y más experienci­a, espero estar siempre luchando por el podio... El objetivo de la temporada es ganar. Si bajara el listón sería malo; intentaré ganar, ir a por todas en cada vuelta”, dice con ambición el joven, coetáneo de Max Verstappen, de quien fue compañero en el karting, donde empezó a correr con 5 años, en el Kartòdrom Catalunya de Lliçà de Vall, con un kart de segunda mano, soñando ser algún día como Michael Schumacher. “Era mi referente, mi ídolo, es el piloto más grande. De los actuales, no veo a ningún piloto que me guste mucho. Aunque querría parecerme, por estilo, a Hamilton, porque siempre intenta adelantar y es muy agresivo...”, explica Àlex, que ahora sueña con ganar en casa.

ADRIÁNCAMP OS, ENTUSIASMA­DO “Àlex tiene oficio de piloto y un potencial acojonante; desde Alonso no he visto a nadie igual”

ENTRESC HUMA C HER Y HAMILTON “Mi ídolo era Michael, el más grande; de los actuales querría ser como Hamilton, por agresivo”

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ROGER SALA

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