Principios básicos
Hamilton toma el mando del Mundial por primera vez gracias a un mejor arranque que un Rosberg muy tibio
Lewis Hamilton vuelve a ponerse al frente del Mundial de fórmula 1 gracias a una salida impecable en Hungaroring, uno de sus circuitos fetiche, en el que culmina la remontada sobre un Nico Rosberg que ha dilapidado en cinco carreras la enorme ventaja que le llevaba.
Once grandes premios después, Lewis Hamilton vuelve a ser el jefe del Mundial. Por primera vez este 2016. Olvidadas las pájaras, las salidas erráticas y las averías que le visitaron en el primer cuarto del campeonato, el tricampeón inglés culminó ayer en Hungaroring, uno de sus circuitos fetiche –5 victorias, una más que Michael Schumacher–, una remontada que parecía mucho más complicada de lo que le ha resultado. Después de Rusia, cuarta cita del calendario, Nico Rosberg ya olía a campeón, con 43 puntos de ventaja, su máxima renta. Pero en sólo cinco carreras Hamilton neutralizaba la diferencia y ayer le daba la vuelta al Mundial. Con la salida tuvo bastante para rematar el sorpasso.
El arranque fue el único momento realmente ajustado entre los dos pilotos de Mercedes. La rivalidad apenas existió en las 70 vueltas de la prueba. Y eso que se jugaban el liderato. Una salida, todo sea dicho, lamentable de los dos bólidos plateados, que estuvieron a punto de ceder sus posiciones ante el acoso de los Red Bull, en la segunda línea. Arrancaron los dos Mercedes más lentos que los toros y el Ferrari de Vettel, pero Hamilton en la aceleración lograba adelantar a Rosberg y meter el coche antes al llegar al primer ángulo, mientras Ricciardo, por fuera en la curva 1, intentaba pasar al alemán, que perdió el favor de la pole pero pudo conservar al menos el segundo puesto. Un mal menor para intentar una persecución que siempre tuvo perdida con un ritmo inferior al de Lewis.
“La salida ha sido todo, he tenido un buen arranque. Uno de los Red Bull estaba en el interior y me he tenido que ir un poco largo”, relataba Hamilton. “Yo tenía a Ricciardo por el exterior y a Lewis por dentro, y he tenido que dejar mucho espacio; eso ha sido todo”, describía después Rosberg, que se daba por satisfecho por “poder pasar luego a Daniel en la curva 2”. Fue básico para mantener el segundo cajón del podio.
Resuelto el pulso de la salida, la lucha por la victoria ya no existió. Hamilton se encargó de contener a Rosberg jugando a su antojo con el ritmo y la distancia. Al alemán, por su parte, le faltó, como tantas veces, la chispa y el plus de ambición para, por lo menos, intentar asaltar el liderato de Lewis. Sólo una vez, a falta de 8 vueltas, pareció que Nico se aproximaba amenazante (a 0,6s), porque Hamilton topó con los doblados, bloqueó una rueda y se fue largo, pero rápidamente recuperó su cojín de seguridad, y las opciones del alemán se desvanecieron. “No he logrado adelantar a Lewis, es imposible hacerlo en este circuito”, se excusaba Rosberg, que más cerca de la desgana que del enfado, cede el liderato del Mundial, con 6 puntos de retraso con su vecino de garaje. Poco pareció que se jugase un liderato que había defendido durante 10 GP.
Suerte de Kimi Räikkönen y Max Verstappen, que salvaron la carrera húngara. Por tercera vez, el abuelo y el niño, 36 años frente a 18, se encontraron en la pista jugando al gato y al ratón, como en Barcelona y en Austria. Y por tercera vez el joven holandés aguantó el asedio del veterano finlandés y conservó su posición. Su pelea por el 5.º puesto, y al final la de Ricciardo y Vettel por el 3.º, fue de lo mejor que ofreció Hungaroring.
Fueron 20 vueltas de acoso y derribo de Kimi sobre Max, que volvieron a coincidir uno delante del otro después del segundo pit-stop del nórdico, en la vuelta 50. Räikkönen había realizado una sensacional
remontada desde la 14.ª pintura de la parrilla, gracias a una estrategia cambiada al resto, con paradas tardías, que le permitió escalar 8 plazas. Kimi sacó su carácter, se peleó con su equipo por radio exigiendo banderas azules, y llevó al límite a Verstappen, que se está doctorando a marchas forzadas con el mismo exigente examinador. El duelo echó chispas, se llegaron a tocar los bólidos, un trozo de alerón delantero del Ferrari saltó por los aires, Kimi culpó a Max de realizar dos cambios de dirección –prohibidos– para cerrarle, y
TONI LÓPEZ JORDÀ ‘SORPASSO’ CULMINADO Hamilton ha enjugado 43 puntos en cinco carreras a un Rosberg poco ambicioso para haber sido el líder
DELICIOSO DUELO GENERACIONAL Por tercera vez Verstappen y Räikkönen ofrecieron una pelea fantástica; en todas el niño resistió al abuelo
el holandés denunciaba que el finlandés había superado los límites de la pista. Los comisarios de la FIA, como el COI, se lavaron las manos. En este caso estaba más justificado, en aras del espectáculo y el juego limpio imperante. Red Bull, también con Ricciardo delante de Vettel, volvió a pasar la mano por la cara a Ferrari.