Líder en tratamiento del melanoma
El oncólogo catalán de la Universidad de California en Los Ángeles ha transformado la medicina del cáncer de piel más grave
Cuando Antoni Ribas llegó a Estados Unidos en 1996 después de haberse formado como oncólogo en el hospital Vall d’Hebron, su intención era especializarse en terapia génica. Pero su colega Robert Gale le dio “el mejor consejo que me han dado en mi carrera”.
–Mira, Toni –le dijo–, tienes dos opciones. Puedes ser un gran experto en una técnica o puedes ser un gran experto en un cáncer. Los que sobreviven a largo plazo son los que se especializan en un cáncer y saben incorporar las diferentes técnicas que tienen a su alcance.
Ribas, que sentía un enorme respeto por Gale, le hizo caso. Decidió especializarse en melanoma, un cáncer que atraía a pocos oncólogos porque no tenía ningún tratamiento eficaz. Pero para un médico con vocación investigadora como Ribas, trabajar en melanoma le permitía incorporar técnicas innovadoras en busca de tratamientos.
Siguió explorando las posibilidades de la terapia génica, que le funcionó en ratones pero no en personas. Trató de dirigir el sistema inmunitario contra el tumor, al principio sin éxito. Probó fármacos experimentales...
En aquella misma época, Jim Allison, que previsiblemente ganará pronto el premio Nobel, tuvo la gran idea en la que se han basado los fármacos de inmunoterapia. Allison se dio cuenta de que no bastaba con dar más gas al sistema inmunitario; lo que había que hacer era eliminar los frenos que impiden que el sistema inmunitario ataque los tumores.
El melanoma era el cáncer idóneo para comprobar si esta idea podía ser útil para los pacientes. Por un lado, porque aún no tenía tratamiento. Por otro, porque es un cáncer en que las células acumulan una gran cantidad de mutaciones a causa de la radiación ultravioleta del sol, lo que en teoría podía contribuir a la eficacia de la inmunoterapia.
Antoni Ribas en California y Jedd Wolchok en el hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York, ambos especialistas en melanoma, se convirtieron en los médicos que lideraron la aplicación de los nuevos fármacos de inmunoterapia a los pacientes. Sus contribuciones han transformado el tratamiento del melanoma metastásico, un cáncer que hasta hace tres años tenía muy mal pronóstico y en el que ahora hay muchos pacientes que sobreviven a largo plazo. Más allá del melanoma, las investigaciones de Ribas y Wolchok han abierto la vía a tratar otros muchos tipos de cáncer con fármacos de inmunoterapia.
“Al final del día, soy un clínico”, decía Ribas en su primera entrevista a La Vanguardia en el 2011. “Lo que más me interesa, más que hacer artículos científicos que sean muy buenos, es avanzar en el tratamiento de los pacientes”.