Un incendio resucita viejos temores en la Costa Brava
El fuego obliga a evacuar preventivamente durante unas horas a más de 300 vecinos de unas urbanizaciones
La baja humedad, las fuertes rachas de marinada, una orografía complicada y un bosque espeso y seco se convirtieron ayer en los principales obstáculos que vencer por parte de los bomberos que trabajaron en las tareas de extinción del incendio que se declaró en Blanes y que, tras darse por estabilizado pasadas las ocho de la tarde, había arrasado al cierre de esta edición unas 22,4 hectáreas de masa forestal. Es el primer gran aviso del riesgo que existe en la Costa Brava, una zona ya castigada por los fuegos de los últimos años y que precisamente en época estival triplica su población con la llegada los turistas.
Las llamas se originaron por una negligencia, voluntaria o no, en un torrente de la zona conocida como Cal Sabater, en el Turó del Vilar, cerca de la urbanización Sant Daniel, a las 12.51 horas, y enseguida avanzaron a gran velocidad impulsadas por el viento provocando a su paso focos secundarios más allá del perímetro. Algunos de ellos, según detalló el jefe de la región de Emergencias de Girona, Enric Cano, incluso con saltos de “centenares de metros” que “comprometían” la vida de los efectivos que actuaban sobre el terreno.
Las zonas más activas del incendio fueron la cabeza , en la parte norte, y el flanco derecho. Los bomberos concentraron sus esfuerzos ahí tanto por tierra como por aire por el peligro que suponía que llegase a la zona boscosa de Maçanet de la Selva, que es hacia donde se dirigía. Hasta 46 vehículos de los bomberos y 15 aéreos participaron en las tareas de extinción junto con dos aviones del Ministerio de Agricultura con base en Zaragoza que se sumaron al operativo.
Como medida preventiva y por la afectación del humo, se desalojaron 310 personas, según Protecció Civil, de las cuales unas 200 eran de Blanes, 80 de Tordera y 30 de Lloret, que a las 18.30 horas pudieron volver a sus casas. Se trataba de vecinos de las urbanizaciones del Vilar, las Planes y la Fauna, así como Sant Daniel de Tordera. También se evacuaron una treintena de personas (entre clientes y trabajadores) que se encontraban en un hotel de la urbanización Condado del Jaruco en Lloret. Una zona sensible porque en ella se hallan los depósitos de agua que dan servicio a Tossa de Mar y Lloret. Los afectados de Tordera acudieron al punto de acogida habilitada por el Ayuntamiento, según explicó el alcalde, Joan Carles Garcia, mientras que en Blanes y Lloret fueron acogidos en casas de familiares y amigos.
El director de los Serveis Territorials d’Interior en Girona, Albert Ballesta, recalcó que el desalojo de los vecinos se llevó a cabo como
Las llamas, empujadas a gran velocidad por el fuerte viento, alcanzaron saltos de centenares de metros
“prevención” porque las llamas “quedaban lejos”. De hecho, ninguna de las viviendas de las urbanizaciones más próximas al incendio quedaron afectadas y tampoco consta que hubiera heridos. Sin embargo tres bomberos que participaban en la extinción del fuego tuvieron que ser atendidos por el Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) por un golpe de calor e inhalación de humo.
Efectivos de los Mossos d’Esquadra, Agents Rurals y de la policía local y agrupaciones de defensa forestal de poblaciones cercanas se desplazaron hasta la zona, que dejó una amplia y espesa columna de humo, que se llegó a visualizar desde diferentes puntos.
La localidad de Lloret, que se encontraba ayer en plena fiesta mayor, activó su plan municipal en alerta por la proximidad del incendio, aunque la vida de la multitud de bañistas que llenaban las playas de Lloret y de Blanes en un día soleado como el de ayer, no se vio alterada.