Plan para crear 300 km de senderos en el Llobregat
Proyecto de la Diputación de 25 millones de euros para captar senderistas y ciclistas europeos
Una red de senderos que discurrirán siguiendo los cursos del Llobregat y de sus principales afluentes, el Cardener y el Anoia, prevé atraer a turistas practicantes de senderismo y ciclismo de Europa. La Diputación de Barcelona invertirá 25 millones de euros en el proyecto de rehabilitación de las riberas de estos tres ríos, desde el nacimiento hasta la desembocadura, lo que suma un trazado de un total de 306 kilómetros. Las obras previstas en este proyecto, bautizado como Vies Blaves, estarán acabadas entre finales del año 2019 y principios del 2020, según explicó ayer el vicepresidente segundo de la Diputación, Marc Castells, en la presentación de la iniciativa.
El conseller de Territori i Sostenibilidad, Josep Rull, confirmó que hoy la comisión de Política Territorial i Urbanisme de Catalunya dará luz verde a la redacción y tramitación del procedimiento que afecta a los 65 municipios de las comarcas del Berguedà, Bages, Baix Llobregat, Vallès Occidental, Anoia, Alt Penedès y Barcelonès por los que pasan los tres ríos.
Castells destacó el potencial turístico del Llobregat para el mercado de senderistas y ciclistas del centro y el norte de Europa. Asimismo, se pretende ofrecer productos distintos a los visitantes que llegan a Barcelona para que prolonguen su estancia en otros destinos de la demarcación.
Los 65 municipios por los que pasarán las tres Vies Blaves suman una población de 1,2 millones
Las Vies Blaves pasarán por 65 municipios donde viven 1,2 millones de personas Se calcula que en una primera fase utilizarán los caminos 30.000 personas al mes
de habitantes, pero el área de influencia de esta futura infraestructura deportiva alcanzará los 5,2 millones de personas que residen a menos de media hora del eje del Llobregat. Los promotores de las Vies Blaves calculan que, en una primera fase, alrededor de 30.000 usuarios utilizarán cada mes estos senderos. La demanda de alojamiento se podrá atender con las más de 5.000 plazas en funcionamiento, entre hoteles, pensiones, albergues, establecimientos de turismo rural y campings.
De los 306 kilómetros de los tres recorridos, unos 50 ya están habilitados, principalmente entre el Pont del Diable de Martorell y la desembocadura. Algunos tramos funcionan actualmente como sendero de gran recorrido, el GR270. Pero es necesario abordar una actuación global para unificar el diseño y la señalización, reforzar las medidas de seguridad y ampliar el camino a una anchura de unos tres metros en todo el recorrido o al menos donde sea posible. Las futuras vías
que podrán utilizar ciclistas, caminantes y jinetes irán indistintamente a un lado u otro de los ríos. Donde la orografía y la amplitud del terreno lo permitan se distinguirá el espacio destinado a las personas que van a pie de las que van en bicicleta o a caballo.
El gancho deportivo se complementa con el cultural y paisajístico. Los 186 kilómetros del trazado que se dibujará en el Llobregat –desde su nacimiento, en Castellar de n’Hug , hasta su desembocadura, en El Prat– incluyen destinos como el monasterio benedictino de Sant Benet de Bages, el macizo de Montserrat o una quincena de colonias textiles. Asimismo, se adecuarán 110 kilómetros de variantes y accesos. La Via Blava del Anoia abarca setenta kilómetros y la del Cardener, cincuenta.
Castells subrayó que este proyecto es el de mayor envergadura de sus características en Europa y que, además de actuar como reclamo turístico, también fomentará la recuperación de los espacios fluviales y la relación entre los municipios que vivían de espaldas al río.
La presidenta de la Diputación, Mercè Conesa, afirmó que los 25 millones que costará este proyecto los asumirá íntegramente este organismo. La licitación de las obras se realizará en el segundo semestre del 2018 para poder empezar con los trabajos durante los seis primeros meses del año siguiente. Si los plazos se cumplen, los 306 kilómetros transitables junto a los ríos serán realidad entre finales del 2019 y principios del 2020.
El Llobregat tendrá un recorrido de 186 km desde su nacimiento, en Castellar de n’Hug, hasta la desembocadura