Sin grupo en el Congreso
La coalición En Comú Podem busca buen acomodo dentro de Podemos, tras dar por perdida la opción de tener un grupo propio en el Congreso.
Los doce diputados de En Comú Podem (ECP) se incorporarán al previsto “grupo confederal” de Unidos Podemos en el Congreso. La coalición que encabeza Xavier Domènech, ganadora de las generales en Catalunya, cuenta con que la Mesa de la Cámara Baja les echaría abajo una petición de grupo propio, tal como hizo después del 20-D; máxime cuando la composición de ese órgano –con mayoría del PP y Ciudadanos– les es más adversa que entonces. Al dar por perdida esa batalla, ECP se centra ahora en conseguir la mejor posición posible dentro de la agrupación “plurinacional” que compartirá con Podemos, IU, la confluencia gallega En Marea y parte de la valenciana.
El plazo para inscribir la petición de grupo propio en el Congreso finaliza esta tarde a las ocho. La Mesa decidirá mañana qué grupos acepta y cuáles no. A partir de ese momento, los diputados que hayan visto rechazada su solicitud de constituirse en formación parlamentaria tendrán 48 horas para adscribirse a uno de los grupos que sí hayan sido autorizados; si no se acogen a esa alternativa, pasan al grupo mixto.
Los dirigentes y parlamentarios de la confluencia catalana se reunieron anoche para decidir si renunciarían directamente a la intentona de formar grupo, dada la seguridad de su fracaso, o presentarían pese a todo la solicitud de constituirse aparte. Aún pendientes de la discusión interna y la consiguiente decisión colegiada, en la cúpula de ECP se inclinaban por ir a lo práctico, o sea por renunciar, para volcarse en obtener la mayor visibilidad en el grupo de Podemos, IU y las confluencias territoriales. De ese modo evitarían poner en riesgo la propia configuración confederal del grupo, que al igual que en la breve y fallida legislatura anterior tendría a Domènech como portavoz adjunto y establecería un reparto de tiempos entre los líderes de las organizaciones integrantes. En la dirección de la coalición catalana no tenían nada claro, además, el valor y los beneficios de una reafirmación simbólica de identidad propia destinada a la derrota. Sobre todo en un escenario en el que ni ECP ni Podemos están para encajar más goles.
Las dudas se mantuvieron no obstante hasta el final en la reunión de ayer. Pesaba la resolución adoptada el domingo por los dirigentes y los cinco diputados de En Marea, que sí pedirán hoy el grupo propio; cuando mañana la Mesa se lo rechace, la coalición gallega recurrirá ante el Tribunal Constitucional –que en estos casos siempre falla a favor del órgano rector de la Cámara– y se sumarán al grupo de Unidos Podemos. Así se contenta a las diversas familias del entramado galaico.
Los 9 electos de A la Valenciana ya formularon su solicitud de formación parlamentaria propia. Y también tienen previsto impugnar la negativa ante el TC, si bien los cuatro pertenecientes a Compromís prevén integrarse en el Grupo Mixto, como hicieron tras el 20-D.
La Mesa denegará las peticiones de grupo de las confluencias al interpretar que así debe hacerse de acuerdo con el segundo punto del
Los 12 diputados a los que lidera Domènech se centran en su visibilidad en el “grupo confederal” de Unidos Podemos
artículo 23 del reglamento del Congreso. El texto señala que “no podrán formar grupo parlamentario separado los diputados que, al tiempo de las elecciones, pertenecieran a formaciones que no se hayan enfrentado ante el electorado”.
El punto 1 del mismo precepto establece que tampoco podrán constituirse por su cuenta los partidos que no hayan alcanzado el 15% de votos en las circunscripciones donde se presentaron. Ello no impedirá al Congreso dar a CDC el grupo que pidió –se supone que a cambio de favorecer al PP y C’s en las votaciones de elección de la Mesa– pese a no haber logrado ese 15% en Barcelona ni en Tarragona; dirán, seguramente, que Convergència sí alcanzó ese porcentaje “de media” en las cuatro circunscripciones. Cuestión política, más que reglamentaria.