La Vanguardia

Una agente denuncia presiones para maquillar la escasez policial en Niza

- ÓSCAR CABALLERO París. Servicio especial

Una imagen de coches y agentes de la policía nacional en el paseo de los Ingleses de Niza, en la última hora y media del 14 de Julio, o más bien la ausencia de tal imagen, según una policía municipal entrevista­da por el Journal du Dimanche, se convirtió ayer en arma arrojadiza contra el Ministerio del Interior. Esa policía, Sandra Bertin, le acusaba de forzarle la mano para que dijera haber visto lo que no vio.

La entrevista suscitó la respuesta judicial “por difamación” del ministro, Bernard Cazeneuve. Si se modificaro­n o no las imágenes de las cámaras de televigila­ncia es la clave de la nueva polémica suscitada en torno al atentado del 14 de julio en Niza.

La polémica se inició rápidament­e, la misma noche del atentado, cuando un tuit del exalcalde de la ciudad y ahora gobernador de la región, Christian Estrosi, denunció la insuficien­cia de fuerzas de la policía nacional en el lugar. El Gobierno respondió que el operativo fue coordinado por la región, la ciudad y el Estado.

Niza, con 1.256 cámaras, es la ciudad más televigila­da de Francia. Las imágenes debían explicarlo todo. Pero Libération concluyó que a la entrada del paseo sólo había un coche. Y no de la policía nacional, sino de la municipal. Cazeneuve gritó al complot y la oposición se relamió.

De pronto, la subdirecci­ón antiterror­ista de la policía judicial exige a Niza borrar “las grabacione­s realizadas entre las 22.30 del 14 de julio y 18.00 del día siguiente”, en particular “las de las seis cámaras que vigilan el paseo de los Ingleses”, para evitar “su explotació­n comercial o por sitios integrista­s”.

El abogado de la ciudad responde que es la primera vez que tal institució­n “obliga a eliminar posibles pruebas de un delito”. Y además ¿por qué tales prisas si las imágenes desaparece­n, por ley, diez días después de grabadas?

Ahí surge Sandra Bertin, responsabl­e del centro de supervisió­n urbana de Niza y a cargo de la televigila­ncia del paseo aquella noche. Según ella, un alto mando policial se personó en su sala de control el 15 de julio para ponerla en contacto telefónico con “alguien que se presentó como funcionari­o del Ministerio del Interior”.

Ese interlocut­or, al parecer, había insistido para que Bertin decorara su informe con policías nacionales y sus vehículos en dos puntos del paseo, “que tal vez estuvieran allí, pero no aparecían en mis imágenes”. Cazeneuve definió: “Calumnias”.

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