El Rey del Valor
Reza el cartel de la colección Rafael Cabrera Bonet, reproducido en el libro de José Bergamín Obra taurina (CSIC, Madrid, 2008), que “En la plaza de toros de Barcelona (antigua de la Barceloneta), con permiso de la autoridad y bajo su presidencia, para el domingo 25 de noviembre de 1900 a las 3 en punto 1.ª novillada de invierno a precios reducidos donde se lidiarían 4 novillos-toros de muerte para 4 matadores: Chufero, Salerito, Pasero y Cerezo. Además, a petición del público en general 2.ª y última presentación del justamente ovacionado y notabilísimo D. Tancredo López considerado por su temeridad y arrojo sin límites como El Rey del Valor, el cual ejecutará su maravilloso experimento en el tercer toro al objeto de que todo el público pueda presenciar tan arriesgado como original ejercicio”.
Viene a cuento esta rememoración cuando hoy, martes día 26 de julio, se inician las consultas previas del Rey con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria preceptuadas en el artículo 99.1 de la Constitución. El Monarca, “a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”. Y viene a cuento por la recuperación del dontancredismo a través del genio y figura del que se averigua como más probable candidato, salvo nueva espantada, Mariano Rajoy.
Escribe José Bergamín que “don Tancredo encontró el valor por el camino más corto: por el del miedo”. Y define la invención del tancredismo como la voluntad de no hacer nada que se positiviza en una voluntad de no hacer, en un esfuerzo heroico; el de no moverse lo más mínimo; y con ello la tensión positiva de no hacer se hace lo más poderosamente afirmativo de todo. El hombre inmovilizado por el miedo se transfigura así en la estatua viva del valor; del Rey del Valor.
Y así vemos –concluye nuestro autor– que “el hombre estatuido de este modo, el hombre estatua, se convierte en el exponente o expresión imaginativa, figurativa, de una concepción racional de la vida, totalmente única, verdaderamente universal”. Intelligenti pauca. Continuará.