Un bárbaro anda suelto por Bocaccio
Arts Santa Mònica recuerda a José María Nunes, el director más iconoclasta de la escuela de Barcelona
Amigo o enemigo? Preguntaba indefectiblemente José María Nunes al descolgar el teléfono. ¿Y para qué iba a llamarlo un enemigo? Era un director de cine imprevisible, iconoclasta y rompedor, pero no tenía enemigos. No iba con su carácter… Pero él insistía: ¿amigo o enemigo?
Y es que detrás de la cuestión había una visión militante de la existencia. Tan militante y comprometida como su propio cine. José María Nunes (Faro, Portugal, 1930Barcelona, 2010), al que el Arts Santa Mònica dedica estos días la exposición Nunes, més enllà del temps, fue un director radicalmente vital y de extremos.
Una vitalidad que impregnó, en los primeros setenta, su relación con la gente de la escuela de Barce- lona, la respuesta catalana a las in- novaciones que llegaban con la nouvelle vague francesa. Fue el amigo bronco, sincero y espontáneo de Jordà, de Bofill, de Jacinto Esteva, de Pere Portabella, de todos aquellos que se tomaban copas en Bocaccio (aunque Nunes prefería la tasca de al lado). Un cineasta ra- dical, lo que siempre fue. “Lo que hago ahora continúa siendo escuela de Barcelona, porque son películas de investigación y experimentación”, diría el mismo Nunes muchos años después de que la escuela de Barcelona fuera sólo un recuer- do. Joan M. Minguet Batllori, pro- fesor universitario y activista cultural, siempre alrededor del arte, fue amigo del director expuesto estos días en el Santa Mònica, y “mi biógrafo oficial”, tal como el mismo Nunes lo denominaba. Batllori concibe la exposición como una reivindicación de Nunes: se puede decir que es más bien una reinvención del personaje, “por lo que tiene de descubrimiento”. Nunes visto –y mirado– con nuevos ojos. Nunes por Nunes, se puede decir, en esta muestra construida fundamentalmente con ideas, conceptos y recuerdos que difícilmente se pueden dejar colgados de las paredes de un museo. Y que se ilustra, en realidad, con fotogramas y carteles de las películas, a los que acompañan nueve paneles que reproducen imágenes
‘Noche de vino tinto’ (1966) ayudó a definir los parámetros rompedores de la escuela de Barcelona
de sus películas y fragmentos de entrevistas con el propio cineasta. “Nunes es un director que, por su oposición a las formas tradicionales del cine, por su naturaleza abstracta, entra muy bien en el museo”, afirma el comisario de la muestra.
Batllori habla de rescatar, actualizar, liberar y reivindicar a Nunes en esta exposición, abierta en el Santa Mònica hasta el próximo mes de octubre. Nunes, més enllà del temps no es, pues, un recorrido cronológico ni una glosa. Es otra cosa, como era el mismo Nunes. “Nunca quiso vivir al margen de la sociedad, como nunca dejó de enfrentarse a esa misma sociedad. Era un anarquista en el sentido pleno de la palabra. Es decir, en el sentido vital y en político. La neutralidad no era una opción para él”, dice Batllori.
El cine de Nunes es un cine de cuestiones fundamentales. El resultado es una obra contradictoria, paradójica y por momentos difícil. Con títulos como fundamentales como Noche de vino tinto (1966)por citar una de sus obras más conocidas. Transcurre entre tascas y callejones de la vieja Barcelona, y discursiva y por momentos onírica, considerada como una de las obras fundacionales de aquel movimiento cinematográfico que Nunes ayudó a definir y que, con el tiempo, se llamaría escuela de Barcelona.