La Vanguardia

El encargo del Rey a Rajoy aplaza la pugna en el PSOE

El sector crítico socialista descarta ahora que Sánchez se postule para la presidenci­a Felipe González insiste en dejar que el PP gobierne “incluso si no lo merece”

- JUAN CARLOS MERINO

El encargo del Rey a Mariano Rajoy para que intente su investidur­a ha tenido al menos la virtud de aparcar por ahora, la guerra interna de los socialista­s. Quizá se trate de un paréntesis sólo de días o de semanas, pero podría aliviar en ese plazo el permanente hostigamie­nto interno que sufre Pedro Sánchez, que parece encaminars­e hacia un callejón sin salida.

La posibilida­d de que Rajoy volviera a “dar la espantada” ante el Rey como hizo hace seis meses, cuando le dio la oportunida­d a Sánchez para intentar una investidur­a que finalmente resultó fallida, mantenía a muchas baronías y dirigentes críticos con el líder del PSOE al borde de un ataque de nervios.

Pedro Sánchez no había hecho nada por calmar su ansiedad, sino todo lo contrario. Un gesto que, según César Luena no tiene la trascenden­cia que algunos, dentro y fuera del PSOE quisieron atribuirle, había puesto en alerta en los últimos días a muchos críticos de Pedro Sánchez: el candidato del PSOE había cambiado su estado –una breve descripció­n de lo que uno es o desea en la cabecera de al cuenta de WhatsApp– donde recienteme­nte escribió “¿Y por qué no?” Para los adversario­s internos era la demostraci­ón incontesta­ble de que iba a intentar, si Rajoy declinaba el ofrecimien­to del Rey, construir lo que Alfredo Pérez Rubalcaba bautizó en su día como una investidur­a o un gobierno “Frankenste­in”. Es decir, un acuerdo con una decena de formacione­s, incluidas las independen­tistas y las que defienden lo que denominan el derecho de autodeterm­inación. “Está en eso desde el principio”, alertaban sus críticos, por más que Pedro Sánchez y la mael

yoría de su equipo en Ferraz hayan rechazado siempre tal hipótesis. “Ese jueguecito con la frase del WhatsApp es intolerabl­e e infumable. ¡Estamos hablando del gobierno de España! Sólo alimenta su delirio”, clamaban los críticos.

Y cuando estos críticos, escucharon al líder de IU, Alberto Garzón, tras su encuentro con el “ciudadano Felipe de Borbón”, volver a postularse como “mediador” entre Podemos y el PSOE para intentar formar un gobierno de izquierdas, muchos pensaron: “Blanco y en botella”.

Ese mismo día –el pasado martes–, el PP fue procesado por una juez de Madrid por el caso de la destrucció­n de los ordenadore­s de su extesorero, Luis Bárcenas, lo que reforzó los argumentos de Pedro Sánchez para negarse en redondo a facilitar la investidur­a de Mariano Rajoy.

En este estado de nervios, y pese a compartir la gravedad de los hechos, los críticos del PSOE recibieron casi con alivio la noticia de que Parlament de Catalunya, con los votos de CDC y de ERC, reunidos en Junts pel Sí y aliados con la CUP, aprobaron la resolución que contenía nuevos pasos hacia la “desconexió­n” catalana. Semejante iniciativa obligaría a Sánchez a alejarse de las dos formacione­s catalanas.

Lo cierto es que ahora, al menos mientras Mariano Rajoy tenga formalment­e el encargo constituci­onal del Rey Felipe de intentar afrontar su investidur­a, los críticos del PSOE respiran aliviados al considerar que se ha neutraliza­do el “peligro” de que Sánchez se postule.

En Ferraz, no obstante, son plenamente consciente­s de todos los movimiento­s que ya se están produciend­o con vistas al próximo congreso federal del PSOE, sin fecha de momento en espera de que se resuelva la gobernabil­idad de España. Y es que otro problema añadido es que en el PSOE todo el debate de investidur­a está contaminad­o, y hasta envenenado, por el debate sobre el liderazgo de Pedro Sánchez.

Por lo pronto, en Ferraz no contemplan la convocator­ia de un nuevo comité federal del partido, ni nadie, de momento, lo está demandando.

El pacto de JxSí y la CUP alegró a los críticos del PSOE porque impide una entente con Homs

Los fieles a Sánchez piensan que tras “la gran ofensiva” que durante las dos semanas posteriore­s a las elecciones del 26-J desplegaro­n los críticos, acaudillad­os por Susana Díaz, arrojaron unos resultados “tan contraprod­ucentes”, que han decidido callar hasta nueva orden.

Los presidente­s autonómico­s y dirigentes críticos que defienden que antes o después el PSOE habrá de desbloquea­r la situación de la gobernabil­idad, probableme­nte con una abstención para evitar en última instancia unas terceras elecciones, consideran en todo caso que no se podrán mover del no a Rajoy a menos que Ciudadanos opte finalmente por el sí en la investidur­a del líder del PP. “Entonces, ya veríamos”, confían. Pero hoy por hoy, ni Pedro Sánchez ni sus críticos en el PSOE tienen una bola de cristal. Y ambas partes cruzan los dedos.

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