El presidente del COI vaticina unos grandes Juegos “a la brasileña”
El presidente del COI muestra su optimismo con respecto a los Juegos
La sala desde la que se dirigió a los medios, en el centro internacional de prensa de los Juegos Olímpicos de Río, se llama Samba Room, pero el presidente del COI, Thomas Bach, no está todavía para muchas danzas. Sin embargo, puso su mejor cara para bailar con las preguntas de los periodistas, que incidían continuamente en el caso de los deportistas rusos que sigue cerniéndose como una sombra sobre el Comité Olímpico Internacional. En este sentido Bach sacó su escudo protector, se defendió como bien pudo, se sacudió algunas culpas de encima para lanzarlas hacia la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y aseguró que la credibilidad de los Juegos como competición no se verá manchada. “Esperamos unos grandiosos Juegos, hay algunos retos de último minuto, pero estamos más confiados que nunca”, afirmó Bach apelando de nuevo a lo que en Río se conoce como jeitinho , es decir la capacidad de resolver los problemas cuando ya parece que no se va a encontrar una salida. “Han demostrado que son capaces de resolver las dificultades a corto plazo. Vamos a tener unos grandes Juegos Olímpicos a la brasileña”. ¿Qué quiere decir a la brasileña? “Pues llenos de pasión y alegría de vivir”. Como alegría pueden sentir los deportistas que competirán en las aguas de la bahía de Guanabara si es verdad lo que dijo ayer el COI: “Las aguas cumplen ahora con las condiciones que marca la Organización Mundial de la Salud”, anunció Bach, que reconoció que están ayudando económicamente a Río 2016 por sus problemas financieros.
Aunque problemas tampoco le faltan al propio COI desde que vio la luz el informe McLaren el pasado 18 de julio, cuando quedaban menos de tres semanas para los Juegos. La investigación que puso de relieve el dopaje de Estado en Rusia dejó contra las cuerdas al movimiento olímpico y la decisión del COI de no sancionar en bloque a toda la delegación rusa persigue como el bolero de Ravel a sus dirigentes. “No era justificable sancionarles a todos ni desde el punto de vista legal ni desde el moral. Los que estén limpios no han de pagar por los demás. Todo el mundo merece ciertos derechos en el ámbito de la justicia. Pero hemos puesto el listón muy alto y sólo estarán los que demuestren que no hicieron trampas”, expuso Bach.
Las federaciones internacionales llevan días decidiendo qué deportistas de su especialidad cumplen los parámetros que impuso en el COI y cuáles no. Sobre este asunto el organismo que dirige Bach se sacó de la manga el sábado por la noche una nueva medida: la última palabra sobre los rusos que competirán la tendrá un panel de tres miembros del COI: la presidenta de la Comisión de Deportistas, la alemana Claudia Boker, el jefe de la Comisión Médica, el turco Ugur Erdener, y el español Juan Antonio Samaranch Salisachs, miembro del COI. Ellos tres darán la fumata blanca definitiva antes del viernes sobre qué rusos competirán. Del equipo original ruso, de 387 deportistas, se cree que podrán estar en liza 266, según cálculos del ministro de deportes de Rusia, Vitaly Mutko.
Si la Agencia Mundial Antidopaje mostró su decepción con el COI el 24 de julio al conocer que el veto no era absoluto, Bach ayer se cobró su venganza, al menos dialéctica. “No somos los responsables de que el informe McLaren se hiciera público cuando se hizo ni de sus razones”, explicó el dirigente olímpico. Bach, y ahí está la revancha, recordó que la AMA pudo haber actuado hace varios años para frenar el escándalo, cuando un extrabajador de la agencia antidopaje de Rusia, Vitali Stepanov, les desveló algunos secretos. Como la AMA no le hizo caso acudió a la televisión alemana ARD, cuyo documental de diciembre del 2014 fue el origen de una serie de investigaciones.
El COI cree que en cuanto empiece la competición todo esto se diluirá y piensa que el público será comprensivo. “La decisión que hemos tomado no nos perjudicará. La gente se dará cuenta de que teníamos que tomar esta decisión ahora y esto no dañará la credibilidad de los Juegos”, afirmó Bach. Eso sí, en cuanto termine Río 2016 el COI prometió que no dejará morir el tema, en particular cuando se conozca la segunda parte del informe McLaren. Para intentar capear la lacra del dopaje en Río 2016 se efectuarán 4.500 controles de orina y 1.000 de sangre. Es una lucha sin fin.
SACUDIÉNDOSE LA REPONSABILIDAD Thomas Bach viene a decir que si el caso de Rusia ha estallado ahora es culpa de la AMA
POR ENCIMA DE TODO El líder olímpico sostiene que la lacra del dopaje no dañará la credibilidad de los JJ.OO.