Un samoano en Torroella
Pene Pati y J’Nai Bridges inauguran el Festival de Torroella de Montgrí
El Festival de Torroella de Montgrí reunió en su sesión inaugural al tenor de la isla de Samoa Pene Pati con la mezzosoprano de color J’Nai Bridges y la pianista australiana Sharolyn Kimmoreley.
La población de Torroella de Montgrí, en el Alt Empordà, ha sido siempre un centro musical de relieve; ya en 1884 PereRigau y Poch había fundado a la célebre Cobla ElsMontgrins, que se distinguió en un concurso de coblas en Barcelona (1902) y más tarde fue dirigida por ilustres autores como Vicenç Bou. Superadas las dificultades de las dictaduras, Els Montgrins mantuvieron su nivel artístico y obtuvieron el premio Sant Jordi 1984 de la Generalitat de Catalunya.
Mientras tanto, en la población de Torroella se había generado, con la colaboración de JoventutsMusicals (que tiene una sede en la misma población), la brillante iniciativa de celebrar cada verano un festival de música que se ha distinguido por la cantidad de artistas internacionales que han actuado, desde una cosecha de formaciones orquestales (muchas del Este de Europa, especialmente) y figuras de la música catalana e internacional (citamos sólo, a modo de ejemplo, al ilustre flautista Jean-Pierre Rampal o el arpista Nicanor Zabaleta), así como, aparte del festival propiamente dicho, grupos destacados de música antigua.
Los responsables del festival, que contaron desde los inicios con el siempre activo Jordi Lloret, actualmente continúan husmeando en los ambientes musicales más recientes para encontrar nuevas personalidades interesantes para el festival, y este año han detectado al exótico y magnífico tenor de la isla de Samoa Pene Pati, ganador del Concurso Internacional Montserrat Caballé del 2014, y la mezzosoprano de color J’Nai Bridges, del estado de Washington y formada en Manhattan, primer premio de canto del Concurs Viñas de este mismo 2016.
Acompañados de la eminente y distinguidísima pianista australiana Sharolyn Kimmoreley, que demostró mando en el acompañamiento musical de los dos cantantes, el recital consistió en un gran número de piezas del repertorio operístico más conocido. Se pudo comprobar que el tenor de Samoa (que ha grabado discos con un hermano y un primo suyo que han tenido bastantes difusió),tiene una voz sólida, pavarótica –por decir algo – y que además canta en un francés perfecto (un poco menos en italiano) y se metió el público en el bolsillo soltando unos do sobreagudos (el malllamadodo de pecho) que causaron un fuerte impacto. Su compañera de recital, una mezzosoprano de timbre oscuro e intenso, también gustó mucho en el repertorio francés, en el aria de Leonora de La favorita de Donizetti, y en la célebre y sensual aria de Saiint-SaënsMi coeur se ouvre à tu voix. El público sólo echaba de menos que unieran sus voces en un dúo, y eso llegó con las escenas de Carmen, de Bizet, en las que el tenor nos hizo un “aria de la flor” del máximo respeto, y ella se desenvolvió con gentileza y picardía en las escenas de la fascinante gitana que Bizet se inventó ya hace más de ciento cuarenta años.
Los dos añadieron propinas, en las cuales entraron en el repertorio español (el tenor se excusó para no saber muy bien el No puede ser ,de La tabernera del puerto, de Sorozábal, pero la cantó de manera bastante convincente), y la mezzosoprano hizo con más convicción que acierto una página folclórica andaluza con la cual acabó el recital en medio del entusiasmo del público, que se puso de pie coronando así esta importante sesión inaugural del 36 Festival de Torroella.