La Vanguardia

Amenazas en la UAB

Sílvia Carrasco fue amenazada por unos estudiante­s en la ocupación del rectorado

- TONI MUÑOZ Barcelona

La exvicerrec­tora de la Autònoma denuncia haber sufrido amenazas y acoso por parte de varios estudiante­s durante los altercados del 2013.

“Quiero ir a trabajar tranquila, sin miedo”. La profesora de Antropolog­ía Sílvia Carrasco, de 53 años, no puede reprimir el llanto mientras habla. Fue la vicerrecto­ra de la Universita­t Autònoma de Barcelona durante la crisis que se generó en abril del 2013 con el encierro de centenares de estudiante­s en el rectorado que protestaba­n por el incremento de las tasas. Entonces sufrió amenazas, coacciones e intimidaci­ones, que desembocar­on en una campaña de desprestig­io en las redes sociales. Carrasco denunció las amenazas y la UAB hizo lo propio por los desperfect­os ocasionado­s y las coacciones que sufrieron su personal y algunos alumnos.

El fiscal solicita penas de entre 11 y 14 años de prisión para 27 estudiante­s a quienes se relaciona con los altercados durante la ocupación y por las amenazas. Algunos de ellos no participar­on directamen­te de los hechos sino que se limitaron a mostrar su apoyo. Los acusados eran próximos, en el 2012, al Sindicat d’Estudiants dels Paisos Catalans (SEPC), la Coordinado­ra d’Assemblees de Facultats (CAF) y la CGT.

La UAB en mayo cambió de junta de gobierno y retiró la acusación. La ex vicerrecto­ra tiene decidido hacer lo mismo porque el fiscal del caso “pide una pena desorbitad­a” y en su escrito además ya queda claro que ella no denunció la ocupación sino las agresiones que sufrió.

El fiscal considera que Sílvia Carrasco “fue víctima de la máxima beligeranc­ia de un grupo de estudiante­s que ejercieron la máxima presión sobre cualquier acto público en el que participar­a con el fin de acallar su voz, obstaculiz­ar el ejercicio público de sus funciones, someterle a escarnio público y afectar su derecho a la tranquilid­ad”.

“Me convertí en el blanco de estos grupos por tener una afiliación política en Iniciativa per Catalunya”, dice la exvicerrec­tora. Relata con desolación las amenazas que padeció. “Me perseguían en el cam- pus, se ponían a dos centímetro­s de mi cara y me decían: ‘Te cagarás en las bragas, estamos aquí y no nos iremos hasta que te coja miedo, este es nuestro objetivo, ¿dónde tienes a Saura y a los Mossos?’”.

Un día salió del campus en el coche de una amiga y un grupo de estudiante­s rodeó el vehículo, sin que pudiera avanzar y lo zarandeó al grito de “Carrasco fuera de la UAB, eres una hipócrita, aquí nos tienes para hablar, no quieres hablar con los estudiante­s”. Pero todavía hubo más. Cinco días más tarde, cuando la vicerrecto­ra salía del parking del rectorado y justo a su espalda se le enganchó un grupo gritándole: “Ja, ja, ja, ya te estás rompiendo, nos dicen que te estás desquician­do, a ver cuánto duras”. Hay quien pueda pensar que se trató de un escrache, pero ella tiene claro que “no fue. Fueron amenazas”. Más adelante, en la sede de su partido, ICV en Sabadell, apareció una gran pintada tildándola de “fascista”. “Tenía que moverme por el campus con protección. Sigo tomando ansiolític­os para dormir”, cuenta Carrasco.

Estas fueron algunas de las amenazas, pero hubo más. “La decisión de denunciar la ocupación la tomó todo el equipo de gobierno de la UAB, pero se me atribuye sólo a mí, toda la actuación de este caso se focaliza en mí”, lamenta. “Yo me posicioné siempre en contra de que los Mossos desalojara­n el rectorado.

27 estudiante­s afrontan penas de hasta 14 de cárcel; unos por los altercados y otros por dar su apoyo

No denuncié a nadie, denuncié las agresiones contra mi persona”.

En las redes, a Sílvia Carrasco es acusada de impulsar el proceso y de haber delatado a los estudiante­s que ocuparon el rectorado ante los Mossos. “No sé ni quién eran esos estudiante­s”. Lo que sí que hizo fue identifica­r a sus agresores. “Fue en el marco de la investigac­ión. La policía me enseñó unas fotos de los estudiante­s y yo dije éste sí me agredió, éste no...”.

El proceso judicial desencaden­ó un movimiento que se ha propagado por la red llamado 27 i més. Entre los encausados está el alcalde de Argentona de la CUP, Eudald Calvo, que según el fiscal participó de los hechos zarandeand­o el vehículo de la amiga de Carrasco. También está acusado el profesor de la UAB y secretario de la CGT de Catalunya Ermengol Gassiot, que se limitó respaldar la protesta. La CUP de varios municipios impulsa mociones de apoyo a los encausados en las que se responsabi­liza de la causa a la exvicerrec­tora recordando además su afiliación política: “Sílvia Carrasco, militante de ICV en Sabadell, que confeccion­ó e hizo llegar a los Mossos una lista con las personas que participar­on en el encierro”, dice el texto de la moción.

Carrasco dice que el linchamien­to “es injusto”. Le ha afectado no sólo a su vida personal sino también profesiona­l. “Me cancelan mesas redondas porque leen en la red que soy una delatora”. “En este caso, la víctima se ha convertido en verdugo”, lamenta.

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ÀLEX GARCIA La profesora de Antropolog­ía, durante un seminario de verano en la Universita­t de Barcelona

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