Palma estrena el vuelo rasante sobre el mar
La Copa del Rey Mapfre alcanza su 35 edición incorporando un nuevo espectáculo en la bahía de Palma con la presencia de los catamaranes voladores de la clase GC32. Diez veleros de siete países, con campeones como el francés Franck Cammas al mando del Norauto y el monegasco Pierre Casiraghi, el hijo menor de la princesa Carolina, como patrón del Malizia, introducen el concepto más moderno de las competiciones de vela, a semejanza de lo que se hizo en la última edición de la Copa del América, en el 2013, cuando los catamaranes convirtieron la bahía de San Francisco en un circuito de velocidad sobre el mar.
Los GC32 son más pequeños que aquellos gigantescos catamaranes, pero su diseño es muy similar. Los timones y orzas son foils. Esto es, los timones tienen forma de T invertida y las orzas forma de J, lo que permite al catamarán despegar del agua incluso con poco viento. Con condiciones idóneas, estos veleros, de diez metros de eslora (longitud) y seis de manga (anchura), tripulados por un máximo de cinco regatistas, alcanzan velocidades superiores a los 30 nudos (55 km/h).
Esta nueva clase se une a otras siete para convertir Palma en la capital internacional de la vela a lo largo de esta semana. Un total de 130 barcos de veintidós países compiten en la bahía bajo la organización del Real Club Náutico de Palma (RCNP). Las regatas duran hasta el sábado, día en que tendrá lugar la entrega de premios por parte del rey Felipe, quien también podría tomar parte en alguna prueba a partir del jueves en el Aifos de la Armada.