La Vanguardia

Hospitaliz­ado Islam Karímov, líder de Uzbekistán desde tiempos de la URSS

- GONZALO ARAGONÉS

Un derrame cerebral ha llevado al hospital al presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, quien gobierna con mano de hierro esa ex república soviética de Asia Central desde hace 27 años, antes incluso de que se desintegra­ra la URSS y acabase la guerra fría. La incertidum­bre sobre la salud del líder uzbeko abre también preguntas sobre el futuro liderazgo de un país de 28 millones de habitantes, de mayoría musulmana.

En el pasado, los familiares del veterano dirigente, de 78 años, siempre negaron los rumores sobre su salud. Pero en esta ocasión, la informació­n ha llegado al público por medios oficiales. El domingo, el Gobierno de Uzbekistán anunció que había sido hospitaliz­ado. Y ayer su hija menor, Lola Karímova-Tillíaeva, que es embajadora de su país ante la Unesco, anunció que había sido víctima de un derrame cerebral.

“Con el objetivo de evitar malentendi­dos, quiero anunciar las tristes noticias que tuvieron lugar en nuestra familia y mi padre este fin de semana”, escribió Karímova en las redes sociales. “Como resultado de un derrame cerebral ocurrido en la mañana del sábado, tuvo que ser hospitaliz­ado y se encuentra en cuidados intensivos”.

Según su hija, la situación de Karímov es estable. Para su recuperaci­ón total, sin embargo, se necesitará “cierto tiempo”, según apuntó el gabinete de ministros.

La aparición de estas informacio­nes oficiales en un país donde el poder se ha convertido en un asunto privado podría indicar que los problemas de salud son demasiado serios, apuntaba ayer Daniil Kislov, director del portal informativ­o Fergana.ru.

De hecho, esta situación obliga a las élites uzbekas a pensar en la sucesión, una cuestión que otras ex repúblicas soviéticas de signo autoritari­o ya tienen resuelta.

Karímov, que no tiene hijos varones, retiró hace años su apoyo a su hija mayor, Gulnara Karímova, una de las mujeres más poderosas de Asia Central. Según varios medios de informació­n, desde febrero del 2014 se encuentra bajo arresto domiciliar­io, acusada de corrupción. Así que la cuestión sucesoria podría quedar fuera de la familia.

El trono de Tashkent podría estar destinado al actual primer ministro de Uzbekistán, Shavkat Mirziyayev, de 59 años, quien dirige el Gobierno desde el año 2003. Fergana.ru también da opciones a Rustam Azímov, que se encarga de la política financiera y económica del gobierno.

Su enfermedad abre interrogan­tes sobre el futuro hombre fuerte del régimen en la ex república soviética

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