Dios, en su sitio

La carta del señor Joan Capdevila Bassols (“L’infern, al seu lloc”, 28/VIII/16) plantea varias incógnitas trascendentales. La existencia de cielo, infierno, purgatorio y limbo como premisas establecidas por la religión cristiana, católica, apostólica y romana es para explicar la necesidad de premiar y castigar la conducta de sus creyentes en el juicio universal. Referente al concepto Dios, habría que hacer un esfuerzo mental para concebir a Dios más como energía pura diseñadora del cosmos y de la vida (materia en evolución constante), que como ser inmaterial que castiga y premia a los seres humanos por sus acciones. Los humanos somos polvo de estrellas supernovas que desde que nacimos sabemos que, después de nuestra muerte programada, nuestro cuerpo volverá a ser polvo y nuestra mente, energía cósmica. PEDRO BORRÀS BATLLORI Barcelona