Justo al lado de la reserva de cría de los flamencos
La barra del Trabucador da acceso, tras recorrer unos seis kilómetros, a la entrada de la reserva natural de la Punta de la Banya, el espacio elegido por la colonia de flamencos para establecer uno de los escasos puntos estables de cría del sur del Mediterráneo. El paso a personas no autorizadas está prohibido. La barrera de las salinas de la Trinitat se levantó excepcionalmente la madrugada del domingo para realizar, con la participación de voluntarios, el anillado de los pollos de flamenco. Casi 900 parejas nidificaron en primavera y de los 800 pollos cerca de la mitad han sobrevivido. “Se considera un éxito”, destaca Francesc Vidal, director del parque natural del Delta de l’Ebre. Unos ochenta pollos pudieron ser anillados para realizar el seguimiento de la colonia. “Es una experiencia maravillosa”, dice María José Fernández, una de las voluntarias, tras soltar con sus manos uno de los flamenco, antes de probar su primer vuelo. El anillado no se había podido realizar desde el 2012 por problemas en la reproducción de la especie emblema del Delta.