La Vanguardia

La UE exige a Irlanda que cobre 13.000 millones a Apple

Bruselas declara ilegal el ventajoso acuerdo logrado en Dublín por la empresa tecnológic­a, que redujo drásticame­nte su pago de impuestos

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

A cambio de la creación de empleos, Apple disfruta desde hace veinte años de un muy beneficios­o trato fiscal en Irlanda, donde tributa sus ventas internacio­nales. En el 2014 pagaba en impuestos el 0,005% de sus beneficios. La Unión Europea quiere acabar con este privilegio y pide a Irlanda que cobre a Apple 13.000 millones no pagados.

Apple volvió ayer a conquistar los titulares de prensa de todo el planeta, pero esta vez no fue por la presentaci­ón de un nuevo modelo de iPhone ni por sus récords de ventas, sino por la elevada factura que le espera después de 20 años de idilio fiscal con Irlanda.

La Comisión Europea declaró ayer ilegales sus acuerdos tributario­s y ordenó a Dublín que reclame a la empresa el pago de 13.000 millones, más intereses, por los impuestos no abonados durante los diez años previos a la apertura de la investigac­ión (2003-2014), iniciada por Joaquín Almunia. La cantidad es muy superior a lo esperado y multiplica por diez la cifra máxima que Bruselas había reclamado hasta ahora en concepto de ayudas de estado ilegales, un récord que la compañía estadounid­ense habría preferido no apuntarse.

Bruselas aclaró que no está en contra de los tax rulings en sí. Cumplen la función de aclarar previament­e el coste fiscal de operar en un país y pueden ser perfectame­nte legales si, matizó, reflejan la realidad económica de la actividad, algo que no observa en los tratos entre Dublín y Apple. La empresa canceló el acuerdo el año pasado, cuando era evidente que no eran del agrado de la Comisión Europea, la institució­n comunitari­a responsabl­e del control de las ayudas de Estado en la Unión.

Hasta entonces, Apple se benefició de “un trato selectivo” para reducir “de forma artificial” su factura fiscal y pagar “sustancial­mente menos” impuestos que otras empresas, sostiene Bruselas. Irlanda aplica un impuesto de sociedades del 12,5%, uno de los más bajos del mundo, pero el porcentaje se antoja astronómic­o si se compara con el que la empresa abonó realmente. En el 2003 pagaba un tipo real del 1% sobre los beneficios generados en Europa. Y en el 2014 se redujo hasta el 0,005%. Es decir, pagó apenas 50 euros en impuestos por cada millón de beneficios, (16.000 millones ese año), sostiene Bruselas. “A mí me habría llamado la atención”, deslizó Margrethe Vestager, comisaria europea de Competenci­a, al anunciar la decisión.

El acuerdo denunciado autorizaba a Apple a asignar a los beneficios de sus filiales Apple Sales Internatio­nal (responsabl­e de sus ventas en Europa, India, África y Oriente Próximo) y a Apple Operations (responsabl­e de una pequeña parte de la producción de aparatos de la marca) a una ‘administra­ción central’, head office en inglés. Este ente, sin embargo, “sólo existía sobre el papel, no tenía empleados, ni locaventas les ni actividad real”, denuncia Bruselas. Y esos beneficios al final no fueron gravados en ningún país. Apple cuenta con un acuerdo con Estados Unidos para, a cambio de no tributar en el país por sus ventas internacio­nales, hacer pagos anuales al país para financiar iniciativa­s de investigac­ión y desarrollo. En el 2011 ascendiero­n a 2.000 millones de dólares, cifra que ha aumentado al calor de la polémica interna sobre el trato fiscal a la multinacio­nal.

El acuerdo con el gobierno irlandés ha permitido a Apple “evitar la imposición de la práctica totalidad de los beneficios generados por las de sus productos en el mercado único de la UE en su conjunto”, por lo que Vestager, defensora del principio de que los impuestos se paguen allí donde se genera la actividad, animó al resto de gobiernos de la UE a revisar el caso y reclamar, si así correspond­e, impuestos adicionale­s por los beneficios generados en sus países y que supuestame­nte eran gravados en Irlanda.

“No se trata de una multa sino de impuestos no pagados, y tampoco hemos cambiado las normas retroactiv­amente”, defendió Vestager, anticipánd­ose a las críticas que de inmediato llegaron desde Estados Unidos. “Ni pedimos ni recibimos un trato especial”, aseguró Tim Cook, consejero delegado, en una carta a sus clientes que denuncia el “devastador golpe a la seguridad jurídica en Europa” que supone la decisión. La Administra­ción de Barack Obama, por su parte, acusa a Bruselas de proteccion­ismo y de querer erigirse en una “autoridad fiscal supranacio­nal”. Vestager recalcó que trata de igual modo a las empresas europeas y las estadounid­enses y negó que haya un sesgo político en sus decisiones. “Tengo la sensación de que este ha sido un momento memorable de la Comisión Juncker”, se permitió añadir, no obstante, como cierre de la rueda de prensa, el portavoz del presidente, cada vez más cuestionad­o.

UN IDILIO MUY BENEFICIOS­O

En el 2014, la empresa pagó sólo 50 euros por millón de beneficios por ventas internacio­nales IMPUESTOS PENDIENTES Europa anima al resto de los países a estudiar si pueden reclamar su parte de impuestos

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ERIC VIDAL / REUTERS La comisaria de la Competenci­a, Margrethe Vestager, desgranó el trato de favor que recibió Apple
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