Los perros distinguen las palabras y el tono del amo
Su cerebro capta por separado el vocabulario y la entonación de las palabras
Los perros, como las personas, procesan por separado el significado de las palabras y el tono con que les hablan. Así lo demuestra una investigación que se presenta esta semana en la revista Science y que arroja luz sobre uno de los grandes enigmas de la evolución humana: cómo se originó el lenguaje.
Cualquiera que haya tenido un perro ha podido comprobar que son capaces de aprender un gran número de palabras y que reaccionan de manera distinta según el tono con que se les habla. En una investigación anterior también presentada en Science, un border collie llamado Rico aprendió a asociar más de 200 palabras con otros tantos objetos. Pero hasta ahora no se había estudiado cómo el cerebro de los perros interpreta lo que se le dice.
Para averiguarlo, investigadores de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest (Hungría) han entrenado a trece perros para que estuvieran completamente quietos mientras se les hacían resonancias magnéticas del cerebro.
Seguidamente, les hicieron oír una grabación de la voz de su entrenadora diciéndoles palabras positivas (como “muy bien”) y se les activó un área del hemisferio izquierdo, el mismo que procesa el vocabulario en las personas. Esta área no se inmutó cuando les dijeron palabras neutras (como “cosa”).
Por el contrario, cuando oyeron la voz de la entrenadora hablándoles con un tono de voz positivo, la señal se registró en el lado opuesto del cerebro, en un área del hemisferio derecho. Como esperaban los investigadores, la señal no se detectó cuando la voz de la entrenadora tenía tono neutro. Lo que más les llamó la atención es que esta área del hemisferio derecho es la misma que reacciona en función del tono de voz en el cerebro humano.
Registraron otro resultado interesante en el llamado sistema de recompensa del cerebro, que responde a estímulos gratificantes como la comida o el sexo. Sólo se activó cuando coincidieron palabras positivas con un tono de voz positivo (¡¡¡muy bien!!!). Pero los perros reaccionaron con indiferencia cuando el tono positivo se asoció a una palabra neutra (¡¡¡cosa!!!). O cuando las buenas palabras se dijeron con tono aburrido (muy bien).
Este resultado “demuestra que, para los perros, un buen elogio puede funcionar perfectamente como un premio, pero funciona sobre todo si las palabras y la entonación coinciden”, declara en un comunicado Attila Andics, primer autor de la investigación. Al igual que las personas, destaca Andics, los perros “perciben por separado qué les decimos y cómo se lo decimos, y después combinan estas dos informaciones para una correcta interpretación de lo que las palabras significan realmente”.
Más allá de orientar a las familias que tienen perro sobre cómo es mejor hablarles, la investigación indica que la capacidad de distinguir el significado de las palabras se basa en estructuras cerebrales que son comunes en personas y en perros.
Por lo tanto, la aptitud para el vocabulario no surgió a partir del momento en que los homínidos empezaron a pronunciar sonidos articulados, sino que se basa en estructuras neuronales más antiguas que permiten asociar secuencias sonoras a significados. Según concluyen los investigadores en Science, “lo que es únicamente humano del léxico no es la capacidad neurológica de procesarlo, sino la invención de utilizarlo”.
Para el animal, un elogio tiene valor de premio si se pronuncia con entonación positiva