Carlos Vázquez
JEFE MUNICIPAL DE LIMPIEZA
El área de Limpieza y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de Barcelona destina cuatro millones de euros al año a borrar los grafitis de la ciudad y quiere que esta tarea sirva para integrar a parados y a personas en situación de vulnerabilidad.
Israel y Xavi son dos de los 92 trabajadores subcontratados por el Ayuntamiento de Barcelona para limpiar pintadas, grafitis y tags ,o firmas de grafiteros. Ayer aparcaron su furgoneta Iveco Daily a la altura del número 86 de la calle Margarit, en el Poblesec, y dieron una lección magistral digna de Harry Houdini: ahora lo ves, ahora no lo ves. Pero limpiar un muro emborronado, como hicieron ellos, no es cosa de magia. Estos trabajos cuestan al año en Barcelona cuatro millones de euros.
“El adecentamiento de las calles no consiste únicamente en regar y barrer las vías públicas o en vaciar las papeleras”, explica Carlos Vázquez, director municipal de Limpieza y Gestión de Residuos. “Una calle puede estar barrida y regada, pero si hay pintadas a la altura de los ojos, la sensación es de degradación”. Por ello, Barcelona tiene un equipo de ocho cazadores de grafitis o detectores, como prefieren ellos, que peinan continuamente la ciudad a la búsqueda de actos incívicos practicados con aerosol.
Trabajo no les falta. No hay distrito que se libre de esta lacra, según el Ayuntamiento, aunque las peculiares condiciones y densidad demográfica de Ciutat Vella convierten esta zona en un escenario especialmente propenso. Nou Barris, Sant Martí y HortaGuinardó ocupan los siguientes lugares de este singular podio.
Israel, Xavi y sus compañeros realizaron el año pasado 250.000 actuaciones, la mayoría para borrar pinturas (160.000) y el resto para retirar carteles y pegatinas. Su Iveco Daily luce en la carrocería el número telefónico del civismo: 900-226-226. Los ciudadanos pueden llamar a este servicio gratuito para reclamar su presencia.
En total, durante el año pasado limpiaron una superficie equivalente a casi 500.000 m2, según Carlos Vázquez, el máximo responsable de este apartado en el Ayuntamiento. Hay dos formas para tratar que las paredes y fachadas recuperen su aspecto original. La más sencilla consiste en el empleo de agua a presión y una solución jabonosa. La segunda obliga a dar una imprimación con una sustancia química, que se deja actuar durante diez minutos. Este producto biodegradable levanta la pintura y facilita el borrado. Es el sistema que se realizó ayer en la calle Margarit.
De todas formas, el procedimiento más efectivo es no ensuciar. Para dar rienda suelta a la pulsión artística hay muros especialmente habilitados (la lista está en murslliures.com). En algunos rincones de la ciudad las paredes se protegen con un barniz antigrafitis que no evita que las pintadas se hagan, pero facilita mucho su eliminación posterior. La principal pesadilla de quienes trabajan en este área es la repetición de pintadas que ya se habían eliminado. El lector de Sants-Montjuïc, el distrito de la calle Margarit, comprobará cuánto tarda en suceder aquí. Lo deseable, explican los expertos, es que las pinturas se eliminen a los dos o tres días de su detección, pero el Ayuntamiento de Barcelona tiene otros intereses, al margen de dilucidar quién gana en esta competición, si los operarios municipales en borrar su huella o los grafiteros en volver a actuar y emborronar las paredes.
La contrata de este servicio de limpieza está a punto de expirar y el Consistorio ya ha sacado a concurso público el servicio para los años 2017, 2018 y 2019 por un importe global de casi 12 millones de euros. La novedad de esta nueva licitación es que se premiará a las empresas que fomenten la contratación de personas con dificultades o problemas para acceder al mundo laboral. Al menos el 5% de la plantilla tendrán que ser personas que salgan de una situación de especial vulnerabilidad.
“Cuantos más trabajadores tengan con estas características, más puntos recibirán las empresas que se presenten”, explica el jurado. Las empresas podrán presentar las candidaturas hasta el próximo día 5. La que resulte elegida limpiará pintadas en fachadas, incluidas las de iglesias, pero no las puertas de garajes y otros edificios particulares. Tampoco en los armarios metálicos de servicios como los de la compañía Endesa por razones de seguridad.
Israel y Xavi, que confían en que su empresa opte a la reelección, han terminado su actuación. Un grafiti de considerables dimensiones ha desaparecido ante los ojos de quienes presencian su trabajo, pero no ha sido cosa de ensalmo. Mantener este servicio, que no todos los municipios tienen, no es precisamente gratis.
TODA LA CIUDAD Ciutat Vella es el distrito con más pintadas, pero ninguno se escapa de esta lacra LA NUEVA LICITACIÓN El Ayuntamiento premiará a las empresas que contraten a parados y personas vulnerables