La Vanguardia

Natalie Portman

ACTRIZ

- SALVADOR LLOPART

Natalie Portman –que interpreta a Jackie Kennedy– es una de las actrices con película en la Bienal de Venecia, el festival decano de Europa que marca el inicio de la nueva temporada con los estrenos más importante­s.

El festival de Venecia, el decano de los festivales de cine, está de luto por las víctimas del terremoto que asoló Italia la pasada semana.

Como muestra de respeto anuncia la suspensión de la tradiciona­l cena de gala tras la ceremonia de inauguraci­ón. “Venecia se suma al luto en el que vive sumida Italia y expresa su solidarida­d con las víctimas del seísmo”, dice Alberto Barbera, su director. De la misma manera, por solidarida­d con las víctimas, y también por respeto al dolor de los demás, de todo el país, el presidente de la República Italiana, Alberto Mattarella, anuncia su ausencia del evento veneciano.

Pero a pesar del recuerdo por la reciente tragedia, el show debe continuar y Venecia no se detiene. El certamen –que esta tarde, sobre las siete, arrancará oficialmen­te su 73.ª edición con la proyección del musical La La Land, de Damien Chazelle– tiene por delante la dura tarea de encontrar en los días que vendrán –hasta el 10 de septiembre en que se entregarán los Leones de Oro y Plata– el difícil equilibrio entre la innegable sensación de catástrofe compartida, en la que vive sumida Italia desde el seísmo, y la necesidad, también evidente, de seguir adelante con una de las ediciones más poderosas de los últimos años –sobre el papel, al menos– de esta repetida cita cinematogr­áfica.

De hecho, el festival marca el inicio de la temporada cinematogr­áfica que no concluirá hasta los Oscar. Y lo cierto es que, bajo la dirección de Barbera, Venecia está viviendo una especie de resurgimie­nto a los ojos de Hollywood. Por tres años consecutiv­os una de las películas selecciona­das se ha erigido con la estatuilla a la mejor película. Primero fue Gravity, en el 2013, de Alfonso Cuarón; luego Birdman, de Alejandro González Iñárritu, y Venecia volvió a vencer en los Oscar el año pasado con Spotlight, de Thomas McCarthy, ese canto apasionado al periodismo. Otro filme, uno más, selecciona­do por Barbera y reconocido con un doble premio: con la estatuilla al mejor filme y guion.

Por eso la cita veneciana cuenta cada vez más en las agendas de los grandes estudios, especialme­nte para sus produccion­es de prestigio. El giganteco festival de Toronto, la gran superficie del cine, está a la vuelta de la esquina así como el más pequeño y selecto de Telluride (Colorado). Pero en Venecia estarán las nuevas películas de Terrence Malick y Tom Ford, entre los consagrado­s. Como estarán las promesas que representa­n Dereck Cianfrance y Damien Chazelle.

Malick presentará –es un decir: nunca aparece– Voyage of time. Dicen que es una especie de exploració­n de la presencia de la vida en la tierra, un documental de autor por intentar definirlo. Una incógnita, en realidad, con la única certeza de la alocución de Cate Blanchet (Brad Pitt pondrá voz a la versión Imax).

El diseñador y estilista Tom Ford, por su parte, vuelve al cine tras el éxito de Un hombre soltero (2009). Su nuevo traje de fotogramas y emociones encadenada­s se llama Nocturnal animals, y hay expectació­n por ver lo que ha conseguido en esta ocasión Ford con un reparto de campanilla­s encabezado por Jake Gyllenhaal y Amy Adams.

Dereck Cienfrance, habitual de Sundance, es un adalid de eso que hemos dado en llamar cine independie­nte, y en Venecia presenta The light between oceans, con Michael Fassbender y Alicia Vikander como protagonis­tas.

Pero la palma de la expectació­n se la lleva sobre todo el filme de hoy, el citado La La Land, con Ryan Gosling y Emma Stone. Si el filme de Chazelle es la mitad de bueno y divertido de lo que propagan sus publicista­s –el renacimien­to del musi- cal, dicen sin pudor– no hay duda de que La La Land se llevará el León de Venecia, y de aquí saldrá lanzado hacia el Oscar. Chazelle, por si no lo recuerdan, es el director de Whiplash (2014), el filme de las cinco nominacion­es al Oscar –y las tres estatuilla­s conseguida­s– que hablaba del esfuerzo, el sudor y la sangre (literal) que cuesta conseguir la perfección. En aquel caso, en el redoble de tambores de un batería. La La Land es la historia de un pianista de jazz (Gosling) y de su encuentro

con una aspirante a actriz (Stone) en Los Ángeles, ciudad que pone fondo y casi música al filme. Su mayor publicista ha sido el mismo Barbera, el director de Venecia, que habla sin parar del Oscar con el que podría alzarse este musical.

Otras produccion­es con aroma de Hollywood son Jackie, sobre la viuda del presidente Kennedy. Con Natalie Portman como protagonis­ta. Dirigido por el chileno Pablo Larraín, el filme se sitúa en los días inmediatam­ente anteriores y poste- riores al magnicidio. Arrival, del canadiense Denis Villeneuve, es otro título esperado. Tras la turbadora Sicario, y antes de que llegue la secuela de Blade runner, que Villeneuve dirigirá, el canadiense presenta en Venecia este filme que habla de una lingüista (Amy Adams) enfrentada a los misterios de un idioma alienígena. O sea, una invasión verbal.

El asunto promete, como promete The bad Batch: una historia de amor caníbal dirigida por Lily Amipour, que ya habló de vampiros metáfísico­s en su anterior filme. Y no hay que olvidar, por citar otros de los hitos esperados, el reencuentr­o de Wim Wenders con el escritor Peter Handke, el guionista de sus grandes éxitos del pasado, con títulos compartido­s como El cielo sobre

Berlín. El reencuentr­o, tras una ruptura de décadas por diferentes visiones sobre el conflicto de los Balcanes, se produce alrededor de la adaptación, por parte de Wenders, de la obra teatral Los hermosos días

de Aranjuez, de Handke. Venecia cuenta con una veintena de títulos en competició­n, y todos ellos llegan rodeados de manifiesto interés. Serán las películas que el festival irá desgranand­o estos días en su sección competitiv­a, aunque otros tantos títulos de interés se encuentran repartidos en las secciones paralelas del certamen. A la sección Horizontes hay que desplazars­e para encontrar Tarde para la ira, de Raúl Arévalo, la única representa­nte en el certamen de la cinematogr­afía española. Un thriller, protagoniz­ado por Antonio de la Torre, que como buena parte de los filme en Venecia de esta edición llega rodeado de un aura de curiosidad.

Lo cierto es que a partir de hoy mismo se acaban las expectativ­as basadas sobre conjeturas y empezarán a valorarse las realidades.

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VENECIA 2016 Ryan Gosling y Emma Stone se enamoran en el musical La La Land
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Natalie Portman encarna a Jacqueline Kennedy, luego Onasis, en Jackie, del chileno Pablo Larraín
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VENECIA 2016
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VENECIA 2016 Antonio de la Torre está al frente del reparto de Tarde para la ira

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