Del aburrimiento al enfado
El PSOE se reafirma en su no y C’s señala su malestar por el ninguneo de Rajoy
Poco entusiasmo despertó ayer el discurso de Mariano Rajoy en el resto de los grupos parlamentarios, que lo calificaron de decepcionante, soporífero y previsible. Incluso el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, no escondió el malestar que generó en los centristas que Rajoy pasara por alto su apoyo y no explicara las principales medidas del pacto de investidura que firmaron el pasado domingo.
El PSOE ve aún más legitimado su no a Rajoy.
Pese a que medio PSOE se mantiene en permanente estado de ebullición por la posición a adoptar tras la prevista investidura fallida de Mariano Rajoy, Pedro Sánchez volverá a entonar hoy desde la tribuna del Congreso su “canción del verano”, según ironizan en su equipo. Aquella cuyo estribillo repite una y otra vez: “No es no”. Los 85 diputados socialistas votarán no a Rajoy hoy y en la votación del viernes, y en la dirección del PSOE vieron ayer “aún más legitimado” su negativa a esta investidura tras escuchar, en algunos casos atónitos, el largo discurso del líder del PP. “Rajoy no nos ha dado ninguna razón a los socialistas para depositar nuestra confianza en su proyecto, que es continuista, no tiene credibilidad y no genera ningún tipo de ilusión ni de confianza”, resumió el portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando.
Unidos Podemos: “Un discurso para la resignación”.
“O yo o el caos” es lo que Mariano Rajoy, en opinión del líder de Podemos, Pablo Iglesias, y de su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, buscó transmitir en un discurso que “no busca convencer a nadie sino que España se resigne”. Errejón destacó la insistencia del candidato en que “no hay alternativa cuando él es perfectamente consciente de que sí la hay”. En Comú Podem, Xavier Domènech consideró que “la falta de un proyecto de país, más allá del mantenimiento de un poder corrupto” lleva a Rajoy a “atacar a Catalunya al plantear la división entre los que defienden el derecho a decidir y los que no”.
La frialdad de los rostros de los diputados de C’s durante el discurso de Rajoy avanzó lo que después expresaría en los pasillos del hemiciclo y en las redes sociales. “Escucho un discurso plano, antiguo, sin pasión alguna y básicamente electoralista. ¡De verdad que Rajoy quiere ser investido presidente?”, se preguntó en Twitter Miguel Gutiérrez. “La estabilidad y la duración del gobierno de Rajoy depende estrictamente del cumplimiento que haga de los 150 compromisos”, avisó el portavoz del grupo parlamentario, Juan Carlos Girauta.
El PNV cree que Rajoy abre “otro frente”.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, estalló contra lo que consideró una “rancia, sorprendente y preocupante” intervención con la que Rajoy, “si tenía pocos frentes,
se ha abierto otro” al “pasarse de frenada” y dar “un salto cualitativo” con sus alusiones a la unidad de España, afirmó.
ERC y el “enemigo” propiciatorio.
Para Joan Tardà, portavoz de Esquerra Republicana, lo que revela la intervención de Rajoy es su decisión de “buscarse un enemigo” para tapar “su incapacidad”. “¡Y qué mejor enemigo que los catalanes!”, ironizó Tardà.
Para PDC fue un discurso “de perdedor”.
El portavoz del Partit Demòcrata Català, Francesc Homs, opinó que la intervención del líder del Partido Popular fue “de perdedor”, tanto en “el ánimo y el tono” como en el contenido. Un discurso “aznariano y de lo más anticatalán” propio de aquel que sabe que “se le escapa Catalunya” y el control del Gobierno mismo; una alocución propia de “quien entiende de fuerza pero no de democracia”; de quien “quiere vencer pero no convencer”, afirmó.