“No ves ningún saltador que no se grabe”
Hasta cinco cámaras de vídeo por saltador, un par sujetas en el casco, pero también en los brazos o las muñecas, para ofrecer después espectaculares imágenes en alta definición. Los mejores vídeos de proximity, patrocinados por grandes marcas como GoPro o Red Bull, acumulan millones de visionados en YouTube. Incluso se pueden ver saltos espeluznantes de accidentes de wingsuit, también esponsorizados, como el que sufrió Jeb Corliss, uno de los referentes mundiales de este deporte, al chocar con una montaña y del que pudo recuperarse a pesar de sufrir graves heridas. Armin Schmieder es la última víctima, el viernes en un salto con su traje con alas. El italiano, de 28 años, incluso retransmitió en directo a través de Facebook su accidente mortal. En su casco también había dos cámaras, como de costumbre. “No ves ningún saltador que no se grabe, el vídeo parece lo más importante. Facebook y YouTube están matando indirectamente a muchos saltadores”, lamenta Paula Silva, experimentada saltadora, instructora en el Skydive Madrid. La portuguesa, con más de 600 saltos con wingsuit y también experiencia en proximity, es tajante: “Es el ego de querer destacar más, el querer ir más allá, hacer saltos que nadie ha hecho antes. Pero no se puede ir más allá, te estás jugando la vida”, advierte, entristecida.