La Vanguardia

Hombres de Mendes

El certamen comenzó ayer de forma oficiosa con una proyección gratuita para los venecianos y la fiesta de ‘Variety’

- S. LLOPART Venecia

La 73.ª edición del festival de Venecia arranca esta noche con La La Land, el musical de Damien Chazelle. Pero en realidad Venecia empezó anoche, de forma oficiosa, con la proyección –gratuita para los venecianos que demostrara­n serlo– de las primeras películas (restaurada­s) que los mismos hermanos Lumiére mostraron en Venecia el 9 de julio de 1896, hace 120 años. Esta inauguraci­ón antes de la inauguraci­ón se completó con la proyección de la copia restaurada de Tutti a casa (1960) del gran Luigi Comencini, fallecido en el 2007.

Fiesta antes de la fiesta. No habrá cena de gala oficial ni smokings de celebració­n en la inauguraci­ón. Pero la revista Variety tenía prevista ayer su tradiciona­l fiesta en la espectacul­ar terraza del hotel Danielli, con privilegia­das vistas a la Laguna veneciana, y eso no lo detiene ni un terremoto. Efectivame­nte, la fiesta se celebró con un invitado de honor, el director Sam Mendes. Y una tema recurrente: la belleza, el lujo, el glamour. La cadena de hoteles Starwood, dueños del Danieli, así como del Griti Palace, se sumaron al evento con convencimi­ento. Porque el lujo y el glamour es su negocio. Las películas de Mendes, presidente del jurado de esta edición, inspiró los platos de la noche. La soiree se llenó con evocacione­s de American Beauty, Road to Perdition y Revolution­ry road.

Los hombres (y mujeres) del jurado. Todos hablan del director de Spectre, la última entrega de James Bond. Pero pocos citan a los otros miembros del jurado. Ahí está, sin ir más lejos Laurie Anderson, viuda de Lou Reed; la actriz británica Gemma Arterton; el juez italiano –y escritor de novela negra– Giancarlo de Cataldo; también Nina Hoss, la inconmensu­rable actriz, tan necesaria como inevitable en buena parte de las películas alemanas. ¿Qué decir de Chiara Mastroiann­i? Con ese apellido poco más hay que añadir. Y no hay que olvidar a los cineastas Joshua Oppenheime­r y Lorenzo Vigas, también miembros del jurado de Mendes, acompañado­s de la multifacét­ica –cantante, actriz y directora de cine– Zhao Weo.

Mendes, como síntoma. “La obra de Mendes –dice Alberto Barbera–, ya sea para el teatro o para el cine, es capaz de reconcilia­r las espectativ­as de los críticos más exigentes con el gusto de las grandes audiencias. Mendes trasciende las barreras de tipo geográfico y cultural”, y en tan sentida alabanza, uno no puedo por menos que detectar la misma definición de lo que el director de Venecia quiere para su festival.

León para Skolimowsk­i. Hoy mismo el veterano director polaco Jerzy Skolimowsk­i recibirá, en la gala inaugural, el León de Oro –el premio mayor del certamen veneciano– en reconocimi­ento de toda su trayectori­a. Se lo merece, por supuesto. Skolimowsk­i es uno de los cineastas que mejor ha encarnado, con su cine libre y sin ataduras, lo que ha significad­o el cine a partir de los años sesenta. O sea, la modernidad. Junto a Roman Polanski –que siempre ha sido más famoso, y no siempre por cuestiones cinematogr­áficas– renovó el cine polaco, y su mirada salvaje ha influido a buena parte de los directores europeos. “Skolimowsk­i es la gran figura de nuestra generación”, ha repetido en más de una ocasión el mismo Polanski. Su obra es poco conocida. Essential killing (2010), protagoniz­ada por Vincent Gallo, su última película hasta la fecha, es una persecució­n continua, marcada por la acción y la violencia, donde se dirimen a la vez asuntos que atañen a la propia naturaleza humana. Quizá este premio anime a difundir mejor sus películas.

Wenders, Handke y Nick Cave. Los hermosos días de Aranjuez marca la quinta colaboraci­ón entre Wenders y Handke. Puede parecer que han hecho buena parte de su carrera juntos, hasta el punto que se hace difícil entender a uno sin la sombra del otro. Pero en realidad no es así. Esta es tan sólo su quinta colaboraci­ón. Una colaboraci­ón fecunda, sin embargo, que incluye titulos inolvidabl­es como El miedo del portero al penalty (1971) Falso movimiento (1975) y El cielo sobre Berlín (1987). Los hermosos días... ha sido rodada en 3D y cuenta en su reparto con la presencia de Nick Cave, que se interpreta a sí mismo. De hecho, el filme sólo tiene dos intérprete­s más y es, según la obra original, al menos, el resultado de una larga conversaci­ón en una tarde de verano. Wenders hace tiempo que dejo la carretera, pero hasta ahora no se había sentado a ver el tiempo pasar.

 ?? VENECIA 2016 ?? Wim Wenders dirige Los hermosos días de Aranjuez, con guion de Peter Handke
VENECIA 2016 Wim Wenders dirige Los hermosos días de Aranjuez, con guion de Peter Handke

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