La economía marca otro cierre de mercado para el Espanyol
La economía vuelve a lastrar al Espanyol en un nuevo cierre de mercado. Las dificultades para fichar a David López al forzar un pago fraccionado al Nápoles o la imposibilidad de atar a varios de los jugadores elegidos al no aceptar sus clubs fórmulas como la cesión con opción de compra obligada, mecanismo recurrente para aplazar la inversión, así lo confirman. El asunto es paradójico para un club ahora inmerso en una ampliación de capital récord pero los 150 millones de euros que permitirán capitalizar la entidad aún no han tenido su repercusión en la parcela deportiva del club. O no del todo, ya que el Espanyol aún tiene que atender a los parámetros del fair play financiero que exige LaLiga con los números que arrastraba de la etapa anterior.
El director deportivo, Ángel Gómez, alertó el lunes que la entidad necesitaba vender y liberar fichas para poder traer nuevos jugadores, al encontrarse al límite tanto en su capacidad de inversión como en el tope salarial del primer equipo, situado sobre los 40 millones de euros. De ahí que el club no haya dudado en abrir la puerta a Arbilla al no entrar en los planes de Quique Sánchez Flores y ahora haga lo propio con Álvaro, que ayer no se entrenó con el equipo para fichar por el Villarreal a cambio de 4 millones. Su marcha obligará al club a fichar a dos centrales, al gusto del técnico y con una condiciones de pago asumibles. El mexicano Diego Reyes, del Oporto, estaba ayer prácticamente cerrado. Faltarán dos laterales y un portero, en función de la marcha de Pau. Dando por hecho que Caicedo no se irá. Y sólo faltan horas.