Revolución francesa
Un millonario americano compra el Olympique Marsella y Emery trata de pilotar al PSG
Mister Marshall está siendo efusivamente celebrado estos días en Marsella. Esta vez se llama Frank McCourt y está comprando el glorioso club local, el Olympique de Marsella, desaprovechada cenicienta de la liga francesa y único equipo galo que ha ganado una Liga de Campeones, en 1993.
McCourt es un especulador inmobiliario americano que quería invertir en el fútbol y ha caído en el OM. Su idea es remontarlo, que sea “un equipo con opciones de ganar la liga cada temporada”, dijo el lunes en una conferencia de prensa junto al alcalde-padrino de la ciudad, Jean-Claude Gaudin, y a la propietaria saliente, Margarita Louis-Dreyfus, viuda del anterior magnate propietario, Robert Louis-Dreyfus.
En los veinte años de la etapa Louis-Dreyfus, el OM ha ganado un título de Liga (2010) y tres Co- pas de la Liga consecutivas entre el 2010 y el 2012. En la pasada temporada quedó decimotercero.
McCourt se hizo un nombre en el negocio deportivo cuando adquirió la franquicia de los Dodgers, el gran equipo de béisbol de Los Ángeles, revendida en el 2012 por el triple de lo que había pagado en el 2004.
La novedad es relativa. El anterior propietario era un rico heredero suizo que hizo su primer dinero jugando al póquer antes de consagrarse como gran especulador. Fallecido en el 2009, Robert LouisDreyfus dejó el Olympique, y todo lo demás, en manos de su mujer Margarita Bogdánova, una rusa rubia de Leningrado/San Peterburgo a la que conoció en un avión y que quedó así consagrada como la decimosexta fortuna de Francia y la segunda mujer más rica del país después de Liliane Bettencourt.
La afición de Marsella, conocida por sus broncas al PSG, espera que su nuevo millonario logre situar al OM en una línea semejante a la del peso pesado parisino, que gracias al dinero qatarí domina desde el 2012 en solitario la liga francesa. Si eso se cumple, se pasaría a un pulso a cuatro bandas, entre PSG, Mónaco, Lyon y Marsella.
Si en Marsella hay ambiente de nueva etapa –aunque se desconoce todo de los detalles de este acuerdo, aún por ultimar–, en París ya han surgido dudas y preguntas sobre el proyecto del nuevo entrenador del PSG, Unai Emery.
El motivo es el batacazo que el PSG se dio el domingo ante el Mónaco (3-1) en el tercer partido de la temporada. En la anterior hubo que esperar a la jornada 28 para que el PSG fuera vencido, así que han aparecido algunas críticas.
El de Hondarribia, que asumió la responsabilidad del club parisino el pasado 4 de julio, tuvo un comienzo de trámite con un 1-0 al Bastia y un 3-0 contra el Metz. Pero ambos fueron muy inferiores y, en cambio, la calidad del Mónaco pilló por sorpresa a Emery.
Con los nuevos refuerzos, el PSG ya ha olvidado a su estrella, Zlatan Ibrahimovic. Fichado por el Manchester United, el jugador más humilde del mundo ya es historia en el PSG, donde no se mira atrás. En el equipo hay bastantes lesionados ahora, pero eso no impide las dudas sobre el proyecto del nuevo entrenador vasco, con un buen palmarés en la motivación de sus equipos. Unai Emery no ha hecho cambios en su once en los tres encuentros, pregona una presión generalizada y defiende la competitividad entre los jugadores para que no haya relajación. Sus próximos partidos se examinarán con lupa.
SORPRESA La temprana derrota del PSG ante el Mónaco el pasado domingo origina preguntas al ex del Sevilla