Los incombustibles de Pasqui
Tomàs y Nøddesbo, los veteranos del equipo, inculcan la filosofía Barça a los recién llegados
“Mucha gente piensa que porque eres el Barça el partido ya lo has ganado. Así que si pido algo en mi equipo es que no se nos quite nunca el hambre”. Dos frases que resumen la filosofía de Xavi Pascual, la que le ha permitido ganar 33 títulos en ocho temporadas y que el Barça sea el dominador absoluto del balonmano español. Que el mensaje llegue y se grabe en el disco duro del equipo, y sobre todo en los recién llegados, no sólo depende de él, también de los veteranos. De los que llevan más tiempo. Y en el Barça son el capitán, Víctor Tomàs, 15.ª temporada en el primer equipo, y su lugarteniente, Jesper Nøddesbo, que va a por el 10.º curso en el Palau Blaugrana. Son los únicos supervivientes de la era pre-Pascual, anterior al 2009. “La gran ventaja de los jóvenes y de los nuevos es que tienen unos veteranos extraordinarios, y desde el primer día les están poniendo todas las facilidades”, dice Pasqui de sus cicerones.
El Barça Lassa apura su preparación de pretemporada en Encamp, en el fresco del valle andorrano, antes de empezar el curso oficial este sábado, en Pamplona, contra el Anaitasuna, con el primer título en juego, la Supercopa Asobal. Con doble sesión de entrenamiento diario, los jugadores no tienen mucho tiempo para relajarse, ni para ir de compras. Como mucho, para hacer una sesión de crioterapia sui géneris, poniendo los pies en el agua del río Valira para reponerse del dolor de las articulaciones. “Es la más parecida a las bañeras de agua fría que tenemos en el Palau Blaugrana”, dice Víctor Tomàs (15/II/1985), el capitán, que conoce el mundo Barça como pocos. Ingresó en el club con 13 años, en 1998, y subió al primer equipo en el 2002 de la mano de Valero Rivera. En estos 14 años se ha consolidado como el alma máter del vestuario. Y como uno de los referentes de todos. “Pero no me llames veterano, que parezco más viejo”, se ríe el extremo barcelonés.
“En todo este tiempo he intentado ser un ejemplo para los nuevos, que vean un poco qué significa el Barça y la exigencia de jugar aquí. Más que explicarles de palabra qué quiere decir, queremos que con nuestro comportamiento y actitud noten qué es el Barça”, explica Víctor Tomàs, que ha visto pasar a más de 50 compañeros y ha ganado 45 títulos durante su trayectoria como blaugrana. “Los veteranos tenemos que predicar con el ejemplo: desde el calentamiento ya tienes que salir a ganar el partido”. Éste es el espíritu que les inculca Pasqui, que tiene en el menudo extremo su translación en la pista, y en el vestuario, una especie de padre, de animador, de consejero y de aglutinador. Por ejemplo, Tomàs envía mensajes por móvil a los recién llegados, para animarlos y acogerlos, tendiéndoles la mano. “Les doy la bienvenida, les digo que me pueden llamar cuando quieran y que me tienen para lo que necesiten”. Y durante la temporada no faltan los mensajes motivadores, tanto a los compañeros como a algunos grupos de animación del Palau.
En el complejo deportivo de Encamp, donde se entrena el Barça estos días hasta el jueves, una figura destaca por encima de los jóvenes, de los Tim N’Guessan, Dika Mem y Lasse Andersson, los recién llegados, o los críos del B como Aleix Gómez, Joan Amigó y Gerard Forns. El 1,99 m, su barba poblada y el ademán serio de Jesper Nøddesbo causan respeto. El pívot danés, que llegó en el 2007 con Manolo Cadenas en el banquillo, se ha convertido en uno de los jugadores más queridos en el Palau y respetados por la plantilla. Los últimos años, sin embargo, ha disfrutado de pocos minutos, con la llegada de Kamil Syprzak y el buen trabajo de Cédric Sorhaindo, y su papel ha cambiado.
“Ser unos de los veteranos del equipo significa mucho para mí, llevo muchos años y puedo aportar experiencia a la gente, hay muchos jugadores nuevos e intento ayudarles al máximo, sobre todo les intento enseñar qué significa jugar en el Barça, la cultura de ganar y lo más importante: dar siempre el máximo”, explica Jesper, con 34 títulos como blaugrana. “Como dice Pasqui, con el escudo no ganas nada, ganas con lo que llevas dentro”, añade el danés, que está haciendo de cicerone de su compatriota Lasse Andersson (22). “Ahora pregunta mucho, sobre todo porque no entiende el castellano, pero se espabila rápido”, comenta el pívot, oro olímpico en Río, que acaba contrato en el 2018. Su intención es cumplir los dos años y “disfrutar del momento” con su familia en Barcelona, Rikke y las dos niñas, Luna y Vida, sin pensar demasiado en qué hará de aquí dos temporadas, cuando tenga 37. Dos temporadas, como mínimo, de buenos consejos para los compañeros.
PALABRA DE CAPITÁN “Los veteranos tenemos que predicar con el ejemplo: desde el calentamiento ya hay que salir a ganar”
LA EXPERIENCIA DANESA “Intento enseñar qué es jugar en el Barça; como dice Pasqui, el escudo no gana, sino lo que llevas dentro”