“Acabar con la precariedad”
La web de Ciudadanos (C’s) incluye un vídeo de presentación de sus tres propuestas estrella. El segundo se denomina “Trabajos dignos y salarios dignos”. Presenta el caso de Marta, una joven arquitecta que trabaja 10 horas al día, que nunca ha sido contratada más de seis meses seguidos, que no cobra más de 800 € al mes, que vive en casa de sus padres y que está considerando emigrar a Londres. Especifica que su caso es el de la mayoría de los contratos que se firman en España, y concluye proclamando: “Vamos a eliminar los contratos temporales para que exista un contrato único indefinido”.
C’s tiene razón en la necesidad de dar un vuelco al mercado laboral español. No sólo porque es profundamente injusto que las Martas trabajen tanto por tan poco, sino porque es insostenible. A base de salarios bajos no son viables ni el sistema de pensiones, ni la sanidad pública, ni la enseñanza pública. Lo que amenaza la continuidad del Estado español no es el independentismo catalán, sino su mercado laboral.
Seguramente es por este motivo que, el pasado domingo, Albert Rivera comenzó su declaración en la rueda de prensa para dar cuenta del acuerdo firmado con el Partido Popular diciendo que “tenemos que acabar con los contratos basura”. Eufórico, declaró que “estamos satisfechos [de haber cambiado] el
El pacto PP-C’s no cambia nada sustancial; juntos avanzamos hacia el colapso del Estado de bienestar
marco laboral” y que “hemos conseguido simplificar el modelo laboral [...] creando la figura de un contrato [...] que permite acabar con la temporalidad [y con] la precariedad “.
Ahora bien, ¿qué hay en ese acuerdo que sea eficaz contra la precariedad? Establece que habrá tres tipos de contratos: el indefinido, el temporal y el de formación. El temporal será para aquellos trabajos que requieran una dedicación limitada en el tiempo, con un máximo de dos años. Ahora bien, Marta nunca ha sido contratada más de seis meses seguidos, y si ha encadenado contratos temporales es porque los trabajos que le han encargado tenían una duración limitada. Es cierto que el contrato ya no se denomina “temporal”, sino “de protección creciente”, pero ¿qué le importa a Marta o a los despachos que la contratan si el contrato que los vinculan entre sí de manera precaria se denomina de una manera u otra?
El contenido del acuerdo de C’s con el PP en materia laboral es el mismo a que había llegado con el PSOE. Con una diferencia. Entonces se establecía la supresión de la prioridad absoluta del convenio de empresa sobre los convenios de ámbito superior, disposición que ahora ha desaparecido. Ahora bien, la raíz de nuestros problemas laborales y lo que más distingue nuestro marco laboral del de los países al norte de los Pirineos es la posibilidad que aquí tienen las empresas de saltarse los convenios colectivos.
El pacto, pues, no cambia nada sustancial. Las Martas continuarán cobrando poco y el país continuará avanzando hacia el colapso de su Estado de bienestar.