Desorden en las terrazas
El Ayuntamiento de Barcelona vivió ayer, en plenas fiestas de la Mercè, el enésimo debate sobre cómo ordenar la proliferación de terrazas en las calles y plazas de la ciudad para hacer posible la convivencia entre los vecinos y las oportunidades de miles de restauradores para hacer negocio aprovechando la condición mediterránea de la capital catalana. Hasta el momento ni el anterior gobierno de CiU ni el actual, presidido por Ada Colau, han conseguido dar con una fórmula que resulte, si no plenamente satisfactoria para todo el mundo (un objetivo casi imposible), razonable. La ordenanza municipal aprobada en el anterior mandato por CiU y PP quizás resulte demasiado estricta, pero también es verdad que prevé cierta flexibilidad en su aplicación que no ha sido tenida muy en cuenta por el gobierno de BComú. El compromiso inmediato es el de revisar de nuevo el reglamento. Cabe esperar que se hará de un modo que permita enterrar un conflicto que dura demasiado tiempo.