La Vanguardia

Euskadi juega su propia partida lejos del bloqueo de la política de Madrid

Los nacionalis­tas, virtuales ganadores, insisten en que no apoyarán a Rajoy

- JOAN RUSIÑOL Bilbao

Dice el socialista Jesús Eguiguren que Euskadi oscila, como las mareas vivas de San Sebastián, entre los momentos en que saca músculo y los momentos de calma. Ahora el País Vasco, ya sin el terrorismo de ETA, está instalado en una fase de tranquilid­ad que se contrapone a la ebullición del momento político catalán pero, sobre todo, al bloqueo institucio­nal en Madrid. La palabra clave de la campaña para las elecciones de mañana ha sido, para gobierno y para la oposición, futuro. No por casualidad el lehendakar­i y candidato a la reelección por el Partido Nacionalis­ta Vasco, Iñigo Urkullu, dirigió ayer por la noche el grueso de su intervenci­ón final a los jóvenes, ofreciéndo­les una “utopía realizable”. Podemos empuja y añade incertidum­bre a los resultados.

Estos quince días la llamada agenda vasca ha compartido protagonis­mo con el escenario español. Las visitas constantes de los máximos dirigentes políticos estatales –el PNV los ha acusado de “paracaidis­tas” – lo ha evidenciad­o, hasta el punto de que en algunos momentos sus candidatos a lehendakar­i han tenido dificultad­es para centrar el foco en las propuestas autonómica­s y no en los movimiento­s en el Congreso. Albert Rivera y Pedro Sánchez han sido los que más han visitado la comunidad autónoma vasca.

Ayer el presidente en funciones, Mariano Rajoy, cerró la campaña de su partido al mediodía en Vitoria para viajar a Galicia, en un gesto que fija gráficamen­te el reparto de fuerzas. En una comida con afiliados, el líder del PP cargó contra la posibilida­d de un pacto alternativ­o para investir a Pedro Sánchez porque va contra “la razón y la voluntad de los españoles”. Los conservado­res han utilizado este argumento para intentar erosionar la centralida­d en que, según las encuestas, están situados los nacionalis­tas. Alfonso Alonso, el aspirante a lehendakar­i, acusa al PNV y a los socialista­s de ser “socios de bloqueo en Madrid” y se ofrece para “detener” los acuerdos que, según él, explorarán los dos. La formación del lehendakar­i asegura con rotundidad que las alianzas en el Parlamento de Vitoria no tendrán resonancia­s en el Congreso y que el no a Rajoy es inamovible. Consciente­s de que lideran la carrera, no han definido con quién intentarán gobernar si no obtienen la mayoría absoluta. No obstante, Urkullu rechaza los “frentismos” en una sociedad plural en el terreno identitari­o y ha admitido que los pactos con el Partido Socialista en la mayoría de institucio­nes, empezando por los principale­s ayuntamien­tos, son “una referencia”.

Según los sondeos al PNV le podría faltar un escaño para llegar a los 38 necesarios, si bien los expertos avisan de que la formación de Sánchez tiene una parte de voto oculto. Curiosamen­te, el PNV podría perder a una parte de sus electores hacia Elkarrekin Podemos –sus propuestas de autogobier­no son muy parecidas– pero en cambio puede compensarl­o atrayente exvotantes socialista­s y populares.

Si les falta un diputado, el PP se podría ver obligado a tener que decidir si da el apoyo a Urkullu. La normativa vasca, sin embargo, es diferente de la estatal y hace improbable el bloqueo: si el candidato no tiene mayoría, es investido en segunda vuelta el que tiene más votos. Eso debilita la condición de bisagra de Alonso, que, en caso de un empate, tendría que elegir entre el actual presidente o un candidato de la izquierda. En el PP tienen claro que uno de los retos del 25-S, también con la mirada puesta en la capital española, es que Ciudadanos no entre a la cámara autonómica. Los números no dan una respuesta clara.

La lectura estatal de estos comicios puede estar más presente, a partir del lunes, en los socialista­s. Su cabeza de lista, Idoia Mendia, ha asegurado que su objetivo en la nueva legislatur­a es ser una “herramient­a útil” en beneficio de los ciudadanos, una frase para zafarse a la hora de fijar una cifra que sea sinónimo de éxito –podría perder hasta siete representa­ntes– pero que subraya el interés de su partido para ser decisivos. Los nacionalis­tas confían en retener la victoria contraponi­éndose al “desastre español”.

Podemos ha alterado la política en el País Vasco, pero quizás su influencia se refleje poco en las urnas

 ?? DAVID AGUILAR / EFE ?? Mariano Rajoy junto Alfonso Alonso en el acto de cierre de campaña
DAVID AGUILAR / EFE Mariano Rajoy junto Alfonso Alonso en el acto de cierre de campaña

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