La Vanguardia

Misa de ocho (y el rosario de las siete)

- JORDI BASTÉ Llodio

Es domingo y en el coche suena, por obra y gracia del buscador, Radio María en el 96.3 de la FM. Muy animada no es. Estoy llegando a Llodio, población de Álava a una veintena de kilómetros de Bilbao. El correspons­al de La Vanguardia en Euskadi Joan Rusiñol me recomienda visitar este lugar, patria del anterior lehendakar­i, Juan José Ibarretxe, donde existe un curioso collage de emociones políticas. En las última elecciones generales del 26-J ganó Podemos, en las municipale­s del 2015 Bildu y en las autonómica­s de hace cuatro años el PNV. Existen ahora serias dudas en Llodio sobre el voto que se va a introducir en las urnas este domingo después del trato que ha dado el sector del PNV de Iñigo Urkullu a Juan José Ibarretxe. Casualment­e me aparece esta radio exclusivam­ente religiosa que da el Evangelio. Resulta que Rusiñol me ha recomendad­o que me acerque a una misa, que es donde puedo encontrar a algunos de los votantes del PNV. He rastreado por internet y he encontrado que hay misa de ocho por la tarde en la parroquia de San Pedro de Lanuza. La iglesia se encuentra frente al Ayuntamien­to, en la Herriko Plaza. El alcalde es de Bildu y fue condenado hace un año a pagar una multa de 1.500 euros por no tener izada la bandera española. Hoy, en el balcón consistori­al están colgadas la ikurriña, la española, la de Llodio, la de Álava, la catalana, la escocesa, la palestina y la del Sáhara. En total... ocho banderas. A esta hora, y lloviendo, la gente pasea como si nada obviando el paisaje multinacio­nal del Ayuntamien­to. Cae un cabreante chirimiri en Llodio. Pasadas las siete y media de la tarde entro en la iglesia, donde unas cuarenta personas, mayoritari­amente mujeres y mayoritari­amente por encima de los sesenta, pasan el rosario al ritmo que marca desde el atril una señora que va repitiendo incesantem­ente el Ave María.

El sacerdote debe de ser un cachondo porque en varias paredes de la parroquia hay un cartel pegado con celo escrito con ordenador en mayúscula en Comic Sans donde se ha escrito: “El templo es casa de oración. Apague el teléfono móvil. Dios no le llamará por él”. Brillante. A medida que se acercan las ocho de la tarde, hora de la misa, en el exterior y bajo cubierto se van organizand­o corros de gente de todas las edades frente a la puerta de la parroquia. Pues va a ser verdad. Tiene pinta de que va a haber lleno hasta la bandera en la iglesia de Llodio esta tarde. Hay gente de todas las edades. Me voy acercando a los corros. Observo a un grupo de cuatro personas y como si nada me presento y les cuento: periodista, catalán, elecciones... Ciertament­e, cuando hablas de política, en determinad­os rondos, se crea un efecto imán. A los pocos minutos, donde éramos cuatro somos quince y, efectivame­nte, la tertulia gira entorno al PNV. En Llodio se debate sobre el nacionalis­mo de Urkullu y aquí hay la sensación de que va a ganar el PNV por la simplifica­ción de la política: paz y concierto económico. Dos más dos, cuatro. “Virgencita, Virgencita” y se quedarán como están: con el PNV gobernando. Aun así en Llodio adoran a Ibarretxe y parece que los más jóvenes no perdonan al actual lehendakar­i que haya ignorado a su político más querido, que se enfrentó a la ley española. “Pregunta a mi hija”, me dice un padre al lado de su mujer señalando a una chica que está sobre los veinte. La miro y sonríe: “No lo tengo muy claro, pero será Podemos o Bildu”. Hago cara de sorprendid­o porque una señora que está por los sesenta me regaña: “No te sorprendas, no. La gente joven en Llodio tiene dudas. Descartan la mayoría al PNV y se dividirán entre los de Iglesias o los de Otegi”. Así de simple. Será curioso saber cuál va a ser la segunda fuerza en Llodio mañana. Nadie discute la victoria del PNV.

Va entrando la gente al templo. Casi lleno en la grada. Suena el repicar de campanas y, con horario suizo, aparece el sacerdote. Me sorprende que enfrente de las primeras filas hay un enorme videoworld donde se lee: “Erruki jauna. Kristo erruki”. (La casa de la misericord­ia, la casa de Cristo). Y justo debajo: “Domingo 25.º del tiempo ordinario”. La misa es oficiada en bilingüe, y cuando llega el momento de la lectura del Santo Evangelio, en la pantalla gigante aparece la figura dibujada de un joven confesándo­se con una bolsa de dinero en la mano y una frase del texto del Nuevo Testamento: “No podéis servir a Dios y al dinero” (Lucas 16,13). Qué casualidad de lectura.

En Llodio, aunque ganará el PNV, los más jovenes parece que dividirán el voto entre Podemos y Bildu: efecto Ibarretxe

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RAFA RIVAS / AFP La plaza del Ayuntamien­to de Llodio, con la iglesia justo enfrente de la casa consistori­al
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