11 septiembre y 12 octubre
El 11 de septiembre es la fiesta nacional de Catalunya como establece, hoy, el artículo 8.3 del Estatut de Catalunya de 2006. Pero si este es el contexto legal, el contexto político de la festividad va mucho mas allá. En momentos de tensión regionalista a principios del siglo XX, los actos programados acabaron muchas veces en alborotos, que en 1923 propiciaron la llegada de la dictadura del general Primo de Rivera al poder. Tras la muerte del general Franco , y tras una primera manifestación en Sant Boi el 11 de septiembre de 1976, la gran manifestación unitaria de 1977 impulsó el inicio de la autonomía de Catalunya y el retorno de Tarradellas, que había sido presidente de la Generalitat en el exilio desde su elección, en 1954, por un Parlament de Catalunya constituido en México, bajo presidencia de mi tío abuelo Estanislau Ruiz Ponsetí .
El carácter del 11 de setiembre ha cambiado profundamente desde aquel 1977, tanto en significado político como en formato. El impulso de Òmnium Cultural, la ANC y la AMI ha sido decisivo para aprovechar la Diada para reivindicar la independencia de Catalunya, una reivindicación impulsada también por la radio y la televisión públicas catalanas y la prensa independentista. Y, lo que es más sorprendente, por el propio Govern y el Parlament de Catalunya, que deberían representar tanto a los independentistas como
Los Reyes Católicos no representaron la unidad de España, sino la continuidad de fueros y constituciones
a los que no lo son. De hecho Rafael Casanova –la figura emblemática del 11 de septiembre– nunca reivindicó la independencia de Catalunya.
A partir del momento en que la Diada fue transformada en fiesta independentista en los últimos años, los grupos que no quieren que Catalunya se independice del resto de España han empezado a organizar una manifestación antiseparatista el 12 de octubre, cuya primera figura histórica invocada es Isabel la Católica pensando, imagino, en aquella “consigna” de la España imperial de “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando” cuando todos sabemos que aquella unión fue solamente matrimonial.
Estamos, pues, frente a un contrasentido histórico de primera magnitud. Los independentistas deberían saber que el 11 de septiembre permitió el decreto de Nova Planta, por el que se unificó el Estado Español –según el modelo unitario borbónico– que, ni los Reyes Católicos, ni Olivares consiguieron unificar al no desmontar los privilegios y constituciones medievales. El 11 de septiembre representa, pues, la negación de la Catalunya independiente.
Los antiindependentitas deberían recordar que Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, mantuvieron administraciones y constituciones distintas en sus reinados ad personam, reinos peninsulares y que por tanto no representaron la unidad de España, sino la continuidad de los fueros y constituciones medievales: o sea, lo mas cercano al independentismo actual.
En este país conocemos mal la historia o la deformamos torticeramente. ¡Así vamos!