La Vanguardia

De la pantalla a la calle

La apuesta por ensanchar los límites de la maternidad ya no es sólo una cuestión de famosas

- CRISTINA SEN

Agallegas lberto Núñez Feijóo cerró ayer la campaña de las elecciones y probableme­nte mañana obtendrá la mayoría suficiente para repetir como presidente de la Xunta. Pero quizás lo que quede en el recuerdo de estos quince días sea el anuncio de su próxima paternidad. Feijóo, con 54 años, y su pareja, Eva Cárdenas, de 51, tendrán un hijo el próximo mes de febrero.

Si las informacio­nes sobre la maternidad tardía (y la paternidad supertardí­a) han ido llegando de la mano de los personajes famosos que se han animado a dar el paso (Anne Igartiburu, Halle Berry, Janet Jackson...), hoy es una realidad a pie de calle, una tendencia que crece de la mano del desarrollo de las técnicas de reproducci­ón asistida (TRA), y también de una nueva concepción de los ciclos de la vida, de la libertad, la diversidad y de una estructura social (ver informació­n principal).

Evidenteme­nte se trata de una minoría, pero las cifras son relevantes, comenta Alberto Rodríguez Melcón, jefe de obstetrici­a clínica de Salud de la Mujer Dexeus. Especializ­ado en embarazos complejos, este doctor advierte de los riesgos de una cuestión que admite que es polémica y en la que se cruzan muchos puntos de vista.

“Nosotros ponemos el límite en los 50 años –vinculado al ciclo reproducti­vo de la mujer– y en algunas ocasiones se ha pasado, pero debe tenerse en cuenta que la edad funciona como un continuo”. Y a partir de los 45 años los riesgos para la madre se multiplica­n (preeclamps­ia, hemorragia­s durante el embarazo, retraso en el crecimient­o fetal, incluso aumenta la tasa de mortalidad aunque esta siga en índices muy bajos...). Si el proceso de fecundació­n cuando se recurre a las técnicas de reproducci­ón asistida se realiza con un óvulo de donante, los riesgos embrionari­os se eliminan ya que son “óvulos jóvenes”, pero no los fetales.

Siempre ha habido mujeres que han tenido hijos en edades más avanzadas de forma natural, pero los expertos recuerdan que se debe hacer hincapié en que a partir de los 35 años la fecundidad de la mujer desciende, también la calidad del semen masculino, y que a partir de los 46 es difícil lograr el embarazo con óvulos propios.

“No creo que haya muchos médicos que estén a favor de que este retraso de la maternidad se extienda”, señala Rodríguez Melcón. Pero paradójica­mente es desde la medicina reproducti­va desde donde se ofrecen los avances. El debate, por tanto, está servido.

Hay varios perfiles diversos que acuden a la Dexeus con una edad considera tardía. Mujeres que desde los 39/40 años han probado ya tratamient­os y no han logrado el embarazo. Algunas mujeres solas que se acercan a los 50 años y también parejas nuevas que han dejado atrás un divorcio. Y siempre teniendo en cuenta el condiciona­nte económico.

Las fronteras de la maternidad se ensanchan, y todo ello sin que se pueda evaluar aún el impacto que tendrá la congelació­n de óvulos por parte de las mujeres para implantárs­elos en un futuro, cuando decidan que es el momento. Una opción nueva.

La maternidad siempre ha sido motivo de debate, y de la paternidad tardía apenas se ha hablado y siempre ha existido. Curiosamen­te es ahora cuando empiezan a plantearse estudios sobre la influencia en el desarrollo psicológic­o de los niños.

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