Expediente Douglas
El Barça se reencuentra en Gijón con uno de sus fichajes más incomprensibles
La victoria tiene cien padres, la derrota es huérfana”. La sentencia, muy extendida en el mundo del fútbol, es también aplicable al fichaje de Douglas Pereira, de 26 años, aún hoy una adquisición incomprensible que el tiempo no ha servido para desclasificar y de la que, obviamente, no han salido voces para reclamar la paternidad. Y no saldrán. El Barça se reencuentra esta tarde con este inocente brasileño que un día se vio en el Camp Nou sin entender muy bien por qué. Actualmente defiende la camiseta del Sporting en condición de cedido. Obviamente el club azulgrana se hace cargo del coste de la ficha. “Viene gratis”, aclaró Abelardo al presentarlo. “Como salgan bien todos los fichajes (el equipo asturiano se ha reforzado con 10 nuevos jugadores) va a ser la leche”, añadió el técnico gijonés. “Si logra sacar algún provecho de Douglas –podrían decir los aficionados culés al unísono–, entonces sí que será la leche”. Acompañado desde el inicio por una cruel sinfonía de comentarios burlescos, la última noticia que nos llega de él no hace más que confirmar que el futbolista no saldrá de ese atolladero de insensibilidad: Douglas era duda hasta ayer por quedarse dormido en mala posición en el autocar de regreso de Vigo, donde no jugó, realizando trabajo específico en el glúteo para llegar a la cita en perfectas condiciones.
La historia está llena de fichajes-fiasco, no hay club que presente una hoja de servicios inmaculada en este apartado. El barcelonismo suele castigarse con el recuerdo de nombres que dejaron huella precisamente por no dejarla en absoluto, pero el Real Madrid, por acudir al referente más equiparable, también tiene su expediente para el sonrojo. En su disco duro aparecen nombres como Faubert, Ognjenovic o Congo, un hat-trick de campanillas.
Hay un agravante en el caso Douglas: antes de formalizarse su traspaso ya surgieron voces que expresaban perplejidad ante la posibilidad de que el Barça le quisiera como lateral. En varias redacciones de medios de comunicación se efectuaron llamadas a expertos para buscar ese elogio que adornara el reportaje de una nueva cara, siempre ilusionante, pero topaban con comentarios de asombro cuando no con tuits de aficionados del São Paulo, su club de procedencia, que prometían un monumento a su presidente, Carlos Miguel Aidar, si lograba colocar al jugador, titular en su equipo a veces sí y a veces no, en el poderoso Barça. Siempre la guasa. El São Paulo tiene hoy a otro presidente, el anterior dejó el cargo acusado de corrupción.
El fichaje de Douglas siempre estuvo bajo sospecha, aunque no hubo irregularidad demostrable y sí una probada negligencia. El hecho de que los derechos del futbolista estuvieran compartidos entre São Paulo (60%) y Traffic (40%), empresa que ya enredó al Barça cuando Laporta era presidente con los espantosos fichajes de Keirrison y Henrique, jugadores que no disputaron un solo partido oficial y que costaron uno 14 y el otro 10 millones sueldos aparte, no sirvió de alerta para Bartomeu. De hecho, todavía hoy trabaja, como empleado del Barça, André Cury, exagente de Traffic que participó en la operación Neymar.
¿Quién vio en Douglas cualidades para cuajar en el Barça? Fue sobre todo Albert Valentín, mano derecha en la época de Andoni Zubizarreta, director técnico azulgrana que bendijo finalmente el traspaso. El convencimiento venía de antes, ya que en 2009, cuando Valentín trabajaba para el Espanyol, viajó a Venezuela para pescar en el campeonato sudamericano sub-20 y le pareció una buena pieza. De hecho, Brasil ganó ese título y en el Barça también hubo algún informe al respecto, aunque menos entusiasta.
Ya con 24 años, sin internacionalidades y sin la proyección esperada, llegó por sorpresa el renovado interés del Barça en agosto de 2014. Con Valentín en Brasil (también Urbano Ortega vio al lateral en directo como ojeador), el São Paulo pidió 12 millones de euros, pero una expedición formada por Antoni Rossich, entonces director general, Raül Sanllehí, director de fútbol y el mencionado Cury, partió de Barcelona para cerrar el acuerdo, que finalmente ascendió a 4 millones fijos y 1,5 en variables, cifra que el São Paulo no debería haber cobrado porque estaban supeditados a la disputa de partidos, apartado en el que Douglas ha fracasado, invisible deportivamente para Luis Enrique, al que colaron un gol. Aquella operación contribuyó en parte a la destitución de Zubizarreta y su equipo meses después.
El gran damnificado anímico (en lo material el tipo se está llevando un dineral, no menos de 2 millones de euros anuales) es sin duda Douglas, educado pero tímido y acogido en el vestuario por el grupo de brasileños (en especial Adriano, con cuya familia congenió mucho; él tiene un hijo) y poco más. Estresado por un reto que le superaba, sus escasas apariciones sobre el campo no sirvieron para liberarle. Hoy, a su manera, forma parte de la historia del Barça.
SORPRESA PREFICHAJE Los expertos reaccionaron con perplejidad cuando el Barça se fijó en un lateral sin apenas cartel MÁS SEÑALES La participación de Traffic, que ya colocó a los fiascos Keirrison y Henrique, no evitó la reincidencia