BLOQUEADOS
El mundo de 1949 no había tenido tiempo de abandonar la dinámica bélica, aunque hubieran transcurrido cuatro años desde el armisticio. Tan pronto como acabó una guerra caliente, la sustituyó otra fría, sin combates ni desembarcos pero con una tensión acumulada que hacía pensar a unos y a otros que enseguida empezarían a caer las bombas. Y no serían unas bombas cualquiera. Ese año la URSS realizó su primera prueba nuclear con éxito, a la que dieron el poético (y temible) nombre de Primer Rayo. Los estadounidenses, que lo sabían (omnipresente espionaje) la denominaron más prosaicamente Joe 1.
La tensión más palpable se vivía en Berlín, donde continuaba el bloqueo soviético, lo más parecido a un asedio medieval. El intento de ahogar a los berlineses y dejarles exhaustos falló gracias a la ingeniosa idea de burlar el cerco estableciendo el primer puente aéreo. Los soviéticos habían olvidado que aceptaron en 1945 la creación de un corredor libre por el cielo para aviones no militares y los occidentales se aplicaron a organizar el tráfico continuo de aeronaves desde sus zonas de influencia, cargando en ellas todo lo que podían necesitar los berlineses. En mayo, la granítica URSS cedió y levantó el bloqueo, constatando que aparecer como los antihumanitarios malos de la película ante la opinión pública mundial no era agradable ni soportable a largo plazo. Pero el conflicto tuvo consecuencias derivadas más amplias, pues fue un acicate decisivo para la creación ese mismo mes de la República Federal de Alemania, producto de la fusión política de las tres zonas controladas por los aliados occidentales. La lideraría durante más de una década el canciller Konrad Adenauer.
Aunque el mundo se rompía en bloques, la prensa daba cuenta de una pareja dispuesta a unirse a pesar de sus muy diferentes orígenes y ocupaciones. La actriz Rita Hayworth, hija de español emigrado a Nueva York, y el príncipe iraní Ali Jan, perteneciente a la dinastía que lidera a los ismaelitas, una de las ramas de los musulmanes chiíes. El príncipe, más conocido en Europa por sus cualidades como jugador de polo, era un incorregible seductor, de forma que el prometedor cruce de civilizaciones duraría apenas un par de años. “No entiende lo que es una familia”, explicó Rita sobre quien luego sumaría una larga lista de primeros nombres femeninos de Hollywood y las pasarelas a su abultado carnet de conquistas. Eso sí era desafiar el bloqueo.