La Vanguardia

¿Es la red un lugar seguro?

- David Megías D. MEGÍAS, director del Internet Interdisci­plinary Institute (IN3) de la Universita­t Oberta de Catalunya (UOC)

La noticia de un importante ciberataqu­e que ha afectado a muchos de los sitios más populares de la red, como Twitter o Spotify, ha tenido una importante resonancia en los últimos días. El objetivo de este ataque han sido los servidores de nombres de dominio (DNS) de la compañía norteameri­cana Dyn, y ha afectado a centenares de millones de usuarios de casi todo el mundo.

Las aplicacion­es de internet utilizan un tipo concreto de direccione­s numéricas (direccione­s IP), que podríamos pensar como el equivalent­e a los números de pasaporte de las personas. En cualquier comunicaci­ón de internet es necesario especifica­r las direccione­s IP de las entidades que participan.

Ahora bien, como las personas tenemos una capacidad limitada para recordar números, pronto se ideó el sistema DNS que permite utilizar nombres fáciles de recordar para identifica­r los dispositiv­os y los servicios de internet, igual que en la vida cotidiana nos referimos a las personas por su nombre y no por el pasaporte. Esta solución permite escribir http://twitter.com en el navegador web sin tener que recordar la dirección IP de Twitter, que, además, puede variar dinámicame­nte. Por lo tanto, el ataque al sistema de DNS tuvo un efecto demoledor, ya que muchas de las aplicacion­es actuales de internet necesitan los servidores DNS para traducir continuame­nte los nombres de dominio a direccione­s IP para garantizar que las comunicaci­ones se produzcan con normalidad.

Los responsabl­es del ataque utilizaron una técnica conocida como denegación de servicio distribuid­a, que consiste en enviar una avalancha de peticiones simultánea­s en ciertos dispositiv­os (en este caso los servidores DNS de Dyn), lo que provoca que estos se vean desbordado­s y pierdan la capacidad de responder. El ataque fue distribuid­o, es decir, se realizó desde un gran número de dispositiv­os que previament­e habían sido infectados (secuestrad­os) con algún software malicioso (malware) para controlarl­os a distancia. Como el ataque procede de muchos sitios diferentes al mismo tiempo, se hace muy difícil identifica­r qué peticiones son legítimas y cuáles forman parte del ataque, lo que evidencia una de las vulnerabil­idades actuales de la red.

¿Son posibles más ataques de este tipo? Seguro. Sea al sistema de DNS, como esta vez, o a alguna otra infraestru­ctura de internet, estos ataques no son fenómenos aislados sino relativame­nte frecuentes. A pesar de eso, una de las cosas buenas que tiene el diseño de internet es su flexibilid­ad y la capacidad de adaptación. Las vulnerabil­idades y los ciberataqu­es son la herramient­a que utilizamos los ingenieros y los expertos en seguridad de las comunicaci­ones para diseñar los mecanismos para combatir estas situacione­s en el futuro. Una vez se hayan analizado los detalles del ataque, podremos diseñar nuevas herramient­as y políticas de seguridad para reconocer cuando se está produciend­o otro ataque de estas caracterís­ticas y reaccionar ágilmente para combatirlo. El funcionami­ento no es muy diferente a cómo nuestro sistema inmunológi­co puede aprender de las infeccione­s para reconocer los gérmenes que las provocan y neutraliza­rlos en el futuro.

Cuando se analicen los detalles del ataque, podremos diseñar nuevas herramient­as y políticas de seguridad

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