La Vanguardia

Alonso y Sainz, en una nube

El asturiano y el madrileño, rivales y amigos, comparten la alegría de su mejor actuación

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

Treinta y siete grandes premios, casi dos temporadas, ha tardado Fernando Alonso en encontrar la felicidad con el McLaren-Honda. Después de un primer año catastrófi­co, de averías y desguace, por la inmadurez del proyecto anglonipón, y un segundo curso de maduración, de menos a más, el asturiano alcanzó el domingo en Austin su clímax con un 5.º puesto en EE.UU. Su mejor resultado (junto al 5.º de Mónaco’16 y el 5.º de Hungría’15) en su segunda era en Woking. Precisamen­te, el fin de semana que cumplía 10 años de su segundo y último trono mundial. Y, para mayor satisfacci­ón de Alonso, en paralelo a la buena actuación de su amigo Carlos Sainz.

“¡Yiiihhaaah­hhh! Quinto con una buena remontada. Mucho trabajo por hacer, pero fantástico trabajo de todo el equipo y batallas muy divertidas en la pista!! Semana que viene, México”, escribía el piloto en sus cuentas de Instagram y Twitter, seguidas por 3,5 millones de fans.

La alegría estaba justificad­a. En Austin, esta vez sin golpes de fortuna como en Mónaco o en la brutal escalada de Spa (de último a 7.º), Alonso realizó una excelente remontada, del 12.º puesto de la parrilla al 5.º final. Su progresión y la mejora de la fiabilidad de su MP4-31 son notorias y dignas de reconocimi­ento. El asturiano ha ganado 32 posiciones en los últimos 7 GP en la primera vuelta de carrera, un dato que ilustra el espíritu combativo del piloto pese a la falta de grandes objetivos y la buena línea del coche. En Austin fueron 3 posiciones ganadas en el arranque, aunque su actuación será recordada por el intenso duelo a tres en las últimas 16 vueltas que mantuvo con Massa y con Sainz, a los que devoró con agresivida­d.

Al brasileño lo dejó seco a falta de seis vueltas en una maniobra con toque, que sacó de la pista al Williams. “Él se ha metido por el interior cuando yo estaba ya trazando la curva. Ha chocado contra mi coche y ha destrozado mis oportunida­des en ese momento. Es su responsabi­lidad”, se quejaba Massa. Los comisarios no vieron acción punible.

A Carlos Sainz se lo comió a falta de dos vueltas. “¡Yihaa!”, gritó Alonso por radio al adelantarl­o y conquistar la 5.ª plaza. “Con Carlos el adelantami­ento, teniendo en cuenta lo lento que va el Toro Rosso en las rectas, fue más fácil; era sólo abrir el DRS y adelantar”, admitía, al tiempo que se disculpaba con el madrileño y su padre.

“Estoy contento porque se lo he puesto difícil con mucha velocidad menos”, decía Sainz, feliz con su 6.º puesto, su mejor resultado (iguala el 6.º de Barcelona’16). “Por las nubes con este 6.º puesto y disfrutand­o la lucha con el crack de Alonso... ¡cabroncete!”, escribía Carlos.

Para celebrarlo se fueron a cenar juntos en Austin. De postre, el restaurant­e les obsequió con dos porciones de tarta con dedicatori­a en el plato. “Para los españoles más rápidos del mundo”.

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