Brigada escatológica
Tarragona contrata detectives privados para identificar y sancionar a los propietarios incívicos de perros
Patrullarán de incógnito por plazas y calles de Tarragona. Su misión es cazar a ciudadanos incívicos in fraganti. Fotografiar y grabar el momento en que defeca un perro y, sobre todo, cómo su propietario prosigue el paseo sin recoger los excrementos. Los detectives privados seguirán al vecino incívico hasta su domicilio para poder aportar todos los datos necesarios para tramitar la sanción, de 100 euros. Esta es la principal novedad de la segunda fase de la campaña “Me comprometo con Tarragona”, con la que el Ayuntamiento quiere fomentar el civismo y reducir la suciedad en las calles.
El Consistorio ha contratado a detectives privados para complementar el trabajo que vienen realizando los agentes de la Guardia Urbana y los informadores desde el pasado mes de junio, cuando arrancó la campaña. “La verdad es que al principio se notó una mejora de la limpieza, con menos excrementos en las calles, pero luego se ha detectado una cierta relajación de algunos propietarios de perros”, explica la concejal de Medio Ambiente, Ivana Martínez.
Si durante el 2015 se tramitaron tres sanciones a ciudadanos por no recoger las defecaciones de sus perros, desde junio (cuando arrancó la campaña) hasta noviembre la cifra se ha multiplicado por diez. “El objetivo no es multar. Hemos enfocado la campaña en positivo, en el fomento del civismo, y aunque la mayoría de los propietarios de perros es responsable y respetuosa, hay una minoría que no, y eso perjudica a toda la ciudad”, mantiene Martínez.
La concejal ha recuperado una iniciativa municipal del 2004: contratar detectives. En aquel momento, el actual alcalde, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), estaba en la oposición y tachó la estrategia de “rocambolesca” y “poco seria”. Sin embargo, la concejal ha valorado el balance que hicieron los técnicos: “Me dijeron que había funcionado bien”, reconoce.
Tan bien, que la misma empresa de detectives que actuó hace doce años vuelve a la palestra. Para no dar pistas, el Ayuntamiento no ha hecho público cuántos investigadores estarán de guardia. Sí que ha trascendido el precio del servicio: 50 euros la hora. Patrullarán las “zonas calientes”, las calles y plazas del centro y de los barrios donde la brigada de limpieza ha detectado un mayor número de heces en la acera. También ha trascendido el coste que representa para el consistorio “retirar” cada uno de los excrementos: 8 euros. Con lo que se calcula que en el 2015 los comportamientos incívicos tuvieron un coste para la ciudad –en la que hay censados más de 3.000 perros– de un millón de euros.
Con los detectives se espera detectar más fácilmente a los incívicos. “A los agentes les cuesta detectar casos porque la gente si ve a la Guardia Urbana en la calle, suele recoger los excrementos”, apunta Ivana Martínez. Los detectives, además de fotografiar o grabar la escena, seguirán al sujeto hasta su casa para disponer de los datos necesarios para tramitar luego la sanción, a través del programa Base de la Diputación de Tarragona.
Además de los detectives, otra patrulla de informadores recorre la ciudad para explicar a los propietarios de perros dónde están ubicados los trece pipi-canes de la ciudad y detallan el contenido de las ordenanzas de convivencia y las sanciones que prevé por no recoger las heces.
El Ayuntamiento calcula que recoger un excremento cuesta ocho euros a las arcas municipales