Miguel Cardenal deja el CSD
El secretario de Estado de Deportes dice que renuncia a seguir por “desgaste personal”
Miguel Cardenal anunció ayer que deja de ser el hombre fuerte del deporte español en la próxima legislatura. El relevo de Miguel Cardenal como presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) y de la secretaría de Estado de Deportes se intuía desde hacía semanas. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez Vigo, nombrará al sucesor de Miguel Cardenal en las próximas semanas.
Designado por el ministro José Ignacio Wert, Cardenal (jurista bilbaíno que formó parte del Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol) ha sido el gran enemigo de Ángel Villar, que ha conseguido mantenerse en el cargo estos cinco años pese al fuerte acoso al que se vio sometido por un CSD que ha acabado llevándolo ante el TAD y denunciándolo ante los tribunales de justicia. Todos los intentos se estrellaron en vano ante la firme resistencia de Villar, que aspira a un nuevo mandato como presidente de la Federación Española de Fútbol cuando se convoquen elecciones, para las que aún no hay fecha.
En su rueda de prensa, Cardenal justificó su renuncia “por desgaste personal”. Y lo explicó así: “Lo he meditado y creo que es bueno ,y quien venga lo hará igual o mejor que yo. En otros cargos se pueden estar más años pero en este hay mucha exposición”.
Las relaciones de Cardenal con las instituciones catalanas han sido siempre respetuosas pero no fáciles, y menos en los últimos años por la tensión derivada de la crisis política entre el Gobierno español y el catalán.
Cardenal puede argüir como su mejor momento en dichas relaciones su manifiesto público a favor de la Masia con ocasión de la multa de la FIFA al Barcelona por el asunto de los menores. En su debe, su posicionamiento contra el club azulgrana en el caso de las pitadas al Rey en las dos finales de la Copa jugadas contra su equipo (el Athletic) o en el caso de las reiteradas multas por la exhibición de las esteladas en los partidos celebrados en el Camp Nou.
Pero el mandato de Miguel Cardenal no sólo se vio afectado por su enfrentamiento casi personal con Villar. También se llevó fatal con el presidente de la AFE, Luis Rubiales, al que consideró siempre un aliado de Villar. Sus relaciones también fueron malas con Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español (COE). En su lucha por la transparencia federativa, Cardenal sí consiguió llevarse por delante a otro acusado de prácticas corruptas: José Luis Escañuela, el expresidente de la Federación de Tenis, quien le llevó a los tribunales, denuncia que se ha archivado esta misma semana.
La polémica acompañó a Miguel Cardenal por su falta de explicaciones sobre su amistad con otro de los defenestrados por malas prácticas: José Luis Sáez, el expresidente del baloncesto.
En el haber de Cardenal figura el haber puesto en vereda las deudas de los clubs profesionales de fútbol, el primer encargo que le encomendó Mariano Rajoy. “Este era un problema endémico y hoy podemos decir que la deuda con Hacienda está prácticamente solventada”, señaló Cardenal. Para esta tarea encontró la colaboración del presidente de la patronal, Javier Tebas, el otro gran enemigo de Villar, con el que también luchó para acabar con la violencia, el racismo y la xenofobia en los estadios. Hubo un tercer frente de batalla en común: el real decreto que regula los derechos de retransmisión del fútbol. Al final, se consiguió la venta conjunta, como ocurre en las principales ligas europeas, lo que contaba con la oposición de los dos clubs más poderosos: Barcelona y Real Madrid.
En su balance final, Miguel Cardenal destacó también que el medallero español no se resintió en los dos últimos Juegos (Londres y Río) pese a vivir una época de vacas flacas por los importantes recortes generalizados.
LO MEJOR Y LO PEOR
Acabó con la deuda de los clubs profesionales de fútbol, pero no consiguió echar a Villar del cargo