“Lo humano es estar solo”
Tengo 35 años. Nací en Vila-real (Castellón) y vivo en Barcelona desde hace cinco años. Soy pintora. Estoy soltera y sin hijos. ¿Política? Soy de izquierdas. No creo en Dios. Las redes sociales me han ayudado a trabajar sin intermediarios. Me he hartado d
Cuántas telas, cuadros...
Es que soy pintora.
Conocemos más sus ilustraciones, pósters...
Pintura.
...sus autorretratos colgados en Instagram...
Pintura. Y es cierto que el primer encargo editorial como ilustradora me llegó cuando vieron los muchos seguidores de mis redes.
¿Cuántos tiene ahora?
Entre Facebook, Twitter e Instagram sumo más de 500.000 seguidores.
Para que digan que no son útiles.
Lo han sido para mí: me ahorran intermediarios, me comunico directamente con la gente. Pero confieso que un día me asusté...
¿Por qué?
Dejé de subir fotos sobre aspectos de mi vida privada cuando vi que suscitaban comentarios inconvenientes, interpretaciones sesgadas, actitudes invasivas...
No sabes quién mira y con qué ideas.
Ahora sólo cuelgo algunos trabajos, procesos creativos y actos públicos.
Pues cada foto que sube a Instagram... ¡más de 5.000 me gusta!
Ya no hago tantos autorretratos. Eran parte
de un diálogo personal con un amigo: él me interpelaba mediante frases escritas, yo replicaba mediante autorretratos.
Que eran como selfies pintadas.
Es verdad... Todos anhelamos expresar algo mediante el rostro, unos fotografiándolo, yo pintándolo...
Sus rostros transmiten muchas emociones, sus dibujos gustan mucho.
¡Eso también ha llegado a asustarme, artísticamente!
¿Por qué?
Temí que lo que hago se convirtiese en moda: empezaría a sentir que me copio a mí misma... y me disgusta esa sensación.
¿Qué piropo a su arte le ha complacido más?
Ha venido antes un fotógrafo a hacerme un reportaje, ha visto estos cuadros... y me ha llamado “pintora”: ¡es el mejor piropo!
¿Y qué le hizo pintora?
Me recuerdo dibujando desde muy niña. Mis padres dejaban los dibujos de la niña en el salón, expuestos, les gustaban... Y mi abuelo... Aún no acepto que haya muerto...
Lo lamento...
...
¿Por qué es importante su abuelo?
Me cogía las manos entre las suyas y me las miraba. ¿Ves mis manos?
¿Qué les pasa?
Son feas, grandes, me han acomplejado. Pero a él le gustaban. Mis manos son como las suyas, que era carpintero. Él miraba mis manos con complicidad y amor, veía las señales de lo que estaba haciendo con ellas.
Como artesano que era, sabía que el arte sale por las manos.
Con sus propias manos me construyó mi primer caballete de pintor. Llegaba yo de fuera... ¡y me encontraba en casa con nuevos bastidores para mis telas! Me los hacía él.
¿A él le gustaba su pintura?
A veces me colgaba un cuadro al revés, no lo entendía, pero le gustaba. Como a mí me gustaba su taller de carpintero, de niña.
¿Sí?
Yo atravesaba corriendo la nave en la que exponían tresillos, comedores, sofás, mesas... Era muy grande, y estaba en penumbra. ¡Qué miedo me daba! El taller estaba en la otra punta, y yo corría... Le añoro...
Ahora publica obra nueva: La sed, con textos de escritoras... Clarice Lispector, Anne Sexton, Sylvia Plath, Virginia Woolf...
Muchas suicidas.
Las leo para que el suicidio no se imponga. Leerlas me ayudó a atravesar un derrumbamiento emocional y un parón.
¿Debido a qué?
A que súbitamente fui consciente del paradigma machista que nos atenaza.
¿Qué detonó esa conciencia?
Un festival en Valencia me contrató para promocionarlo con un cartel mío. Lo hice y colgaron los carteles, figuraba un conejo... Y aquella primera noche, la gente los robó. Todos.
¡Eso es halagador!
Un diario tituló: “Todos quieren el conejo de Paula Bonet”.
Ya...
¡Basta de eso! Me di cuenta de tantas y tantas alusiones a mi físico, a mi sexo, a mi juventud, desde hace años...
Le molestan.
Me duelen. Me desvalorizan como artista, desdeñan mi obra. Si fuese varón, nadie me hablaría en tales términos. He callado mucho, he estado muy dormida, pero ya no.
¿Y qué tal?
Estoy matando en mí misma esa parte machista impuesta por lo sociocultural. Morir para renacer libre y poder vivir feliz sin renunciar a nada como mujer.
¿Qué es lo que le hace más feliz?
Estar aquí sola, con el móvil apagado, leyendo, preparándome un café, pintando, pintando... ¡Sólo entonces parece que el tiempo se dilata, se esponja un poco!
¿Le gusta estar sola?
Estar sola me calma, me da la solución a todo... Lo humano es estar solo.