La alianza de independentistas y comunes avala a Forcadell frente al TC
El Parlament acusa al Estado de amenazar la democracia por investigar a la presidenta
La recuperación del referéndum por parte del Govern de la Generalitat y la investigación judicial de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha dado un giro a las relaciones entre el frente independentista y el espacio de los comunes, representado en la Cámara por el grupo Catalunya Sí que es Pot y cuyo máximo exponente es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Esta alianza estratégica se materializó ayer en el Parlament, cuando Junts pel Sí, sus socios de la CUP y Catalunya Sí que Pot unieron sus votos para avalar la actuación de Forcadell al frente de la institución y censurar al Gobierno central y la justicia, a quienes acusaron de “amenazar la democracia” por la investigación de la presidenta, que el viernes pasado declaró ante TSJC por un presunto delito de desobediencia y prevaricación.
Las tres fuerzas consensuaron un texto que lleva implícita una enmienda a la totalidad a las decisiones de la Abogacía del Estado, el Tribunal Constitucional (TC), la Fiscalía y el TSJC en lo referente a la hoja de ruta soberanista. Así, la resolución aprobada defiende el “derecho de los diputados” a debatir e impulsar las iniciativas políticas que consideren oportunas y califica la imputación de Forcadell “la Mesa o cualquier diputado por este hecho” de “vulneración de la inviolabilidad parlamentaria”. “El Parlament de Catalunya advierte que la criminalización de la actividad de esta Cámara, en tanto que legítima representante de la voluntad popular, supone una grave amenaza para la democracia”. El diputado de JxSí Lluís Llach agradeció la disposición de Catalunya Sí que es Pot para “transaccionar y mejorar el texto desde el consenso, permitiendo advertir la secuencia de agresiones que lleva a cabo el binomio Gobierno de España-poder judicial”
Ciutadans, el PSC y el PP votaron en contra de la resolución, argumentando que ningún grupo político ni gobierno puede estar por encima de la ley y saltársela si no le gusta. “Reformen las leyes, pero no las incumplan”, insistió el diputado de Ciutadans Fernando de Páramo en referencia a la sentencia del TC que anuló la resolución rupturista del 9 de noviembre del 2015. Entonces los comunes se opusieron a dicha resolución, pero ahora se suman para cuestionar las consecuencias jurídicas de su anulación.
La unión de Junts pel Sí, la CUP y los comunes no se acaba aquí y volverá a evidenciarse mañana en la cumbre sobre el referéndum, que se celebrará en el Parlament y que presidirá Carles Puigdemont. Aparte de miembros del Govern y de las fuerzas independentistas, acudirán a la cita Colau –representando al Ayuntamiento de Barcelona–, los líderes de los partidos confluentes y el presidente y el portavoz de Sí que es Pot, Lluís Rabell y Joan Coscubiela. El portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, aún valora su presencia.
Un acercamiento que ambas partes necesitan pero que gestionan con cuidado para no ser engullidos por el espacio contrario. El PDECat y ERC cortejan a Colau para atraer sus votos a favor de la independencia de Catalunya y, de paso, torpedear los planes políticos de la alcaldesa –el abrazo del oso, lo llaman algunos miembros de las confluencias de izquierda–. Los comunes intentan asimismo alejarse del bloque del No –representado, según ellos, por Ciutadans, el PSC y el PP– y hacer valer su propuesta de referéndum pactado ahora que el Govern les ha arrebatado la iniciativa sobre la consulta. Las posiciones de fondo continúan siendo opuestas. Mientras que Junts pel Sí y la CUP apoyan la vía directa y la unilateralidad, Colau y los suyos apuestan por las alianzas estatales y un referéndum pactado.
El acercamiento entre soberanistas se repetirá mañana en la cumbre del referéndum con Puigdemont y Colau