La población catalana crece por primera vez en tres años
La población residente en Catalunya llegó a los 7.448.332 habitantes, a 31 de diciembre del 2015, según las estimaciones poscensales de población del Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Este aumento de población representa un incremento de 23.578 personas (un 3,2%) respecto a un año atrás y un cambio de tendencia después de tres años de caídas.
La población creció en 18 comarcas, principalmente en las más pobladas, pero disminuyó en las otras 23 y en el Aran, mayoritariamente las del interior y de montaña. Las comarcas que subieron más fueron Moianès (8,7%) y Garraf (7,4%). Por otra parte, el Priorat (-17,9%) y el Pallars Jussà (-13,8%) fueron las que perdieron más población.
Este crecimiento natural de 5.584 personas es el resultado de tres factores: que el número de nacimientos sea superior al de defunciones, que llegue más población procedente del extranjero de la que se marcha y que el saldo migratorio con el resto de España sea negativo.
Así pues, los 70.450 nacimientos ante las 64.886 defunciones provocaron un crecimiento natural positivo a una parte del territorio, menos en 22 comarcas donde la cifra de defunciones fue superior. Al mismo tiempo, el saldo migratorio estimado del 2015 con el extranjero es positivo (12.891 personas) y el saldo migratorio interior es negativo en 22 comarcas y en el Aran (5.103 personas).
La parte de la población que más aumentó es la mayor de 85 años, por la elevada esperanza de vida y porque cada vez llegan más generaciones a estas edades. En cambio, la población de 25 a 39 años fue la que disminuyó más, por el gran número de personas que han cambiado a la generación de más de 40 años.
Como consecuencia, las tendencias en los extremos de la pirámide poblacional son ahora opuestas, ya que mientras la población de 0 a 4 años disminuye, la población centenaria crece hasta las 2.294 personas el 2015.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, aseguró ayer que los jóvenes que se han marchado de España a estudiar o buscar trabajo como consecuencia de la crisis muestran “inquietud, amplitud de miras y adaptabilidad a nuevos horizontes”.
El ministro de Exteriores dice que los jóvenes se van al extranjero para “ampliar horizontes”