El Estado italiano rescata al Monte dei Paschi
El fondo soberano de Qatar se retira y obliga al rescate público
El Gobierno italiano se reunió anoche de urgencia para decidir el rescate estatal del Monte dei Paschi di Siena (MPS), pocas horas después de que este banco, el más antiguo del mundo y el tercero de Italia, confirmara que había fracasado el plan de recapitalización por valor de 5.000 millones de euros.
Como medida inmediata, el Estado garantizará la liquidez del banco. Más adelante deberán aclararse los detalles de la intervención, pues, según las nuevas normas europeas, los tenedores de bonos y obligaciones tendrán que pagar un precio por el rescate. Está por ver cuál será el burden sharing, el reparto de cargas.
La virtual nacionalización del MPS supone una fuerte sacudida, financiera y política. Se produce después de que el Parlamento, a instancias del Gobierno, votara el pasado miércoles, por amplia mayoría, un aumento excepcional del volumen de deuda pública para el 2017, de hasta 20.000 millones de euros, para hacer frente a la crisis de MPS y de otros bancos menores como Veneto Banca, Banca Popolare di Vicenza y Banca Carige. El MPS, fundado en 1472, tiene 5 millones de clientes y 26.000 empleados. Durante este año las acciones se han desplomado –ayer cayeron casi otro 7,5%–y se ha producido una huida de depósitos.
En un comunicado, el consejo de administración del MPS informó de que la ampliación de capital no se había cerrado con éxito y agradeció a todos los empleados “el enorme esfuerzo” de los últimos meses al servicio del banco y de sus clientes. Fue decisivo el no del fondo soberano de Qatar a invertir en el banco.
Varios gobiernos fueron atrasando la intervención, incluido el de Renzi, a causa del referéndum
Según el MPS, el consorcio que mediaba y tutelaba la operación, formado por JP Morgan Chase y Mediobanca, no recibirá ninguna compensación económica, al haber fracasado en su objetivo.
El desenlace de ayer es la consecuencia inevitable de una larga historia de graves errores de gestión y de inhibición e irresponsabilidad políticas. El banco de Siena estuvo contaminado durante mucho tiempo por la interferencia del desaparecido Partido Comunista Italiano y luego de sus sucesores, hasta llegar al actual Partido Demócrata (PD), a través de la fundación municipal que era el principal accionista. Vivió, pues, una situación parecida a la de algunas cajas de ahorros españolas. El tobogán descendente del MPS se inició hace 15 años con la compra de la Banca del Salento. En el 2007 se produjo otra adquisición catastrófica, la banca Antonveneta, al Banco Santander, por 9.000 millones de euros, una cifra considerada exagerada, cuando se estaba a las puertas de la gran crisis mundial desencadenada por la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos.
Diversos gobiernos –los de Berlusconi, Monti y Letta– intentaron insuflar oxígeno, con sucesivos préstamos, pero no se atrevieron a tomar la drástica medida de la nacionalización. También demoró este paso Matteo Renzi, por miedo a las consecuencias que tendría ante el referéndum sobre la reforma constitucional del pasado 4 de diciembre. Finalmente, sin embargo, y pese a mantener la crisis de MPS en el congelador durante la campaña, Renzi perdió la consulta y también la jefatura del Gobierno. A su sucesor, Paolo Gentiloni, le ha tocado por fin adoptar el doloroso decreto y asumir su coste político.