La Vanguardia

El Papa denuncia las “resistenci­as malévolas” a su plan de reformas

Francisco alerta a los cardenales de que los cambios no pueden ser un mero ‘lifting’

- EUSEBIO VAL Ciudad del Vaticano. Correspons­al

Jorge Mario Bergoglio pide que los laicos y las mujeres ocupen más puestos de mando en la curia vaticana

Como ya hizo en diciembre del 2014, Francisco convirtió ayer su felicitaci­ón navideña a la curia en un áspero rapapolvo, esta vez a quienes se oponen a los cambios que él impulsa. Según el Papa, la reforma “no puede entenderse como una especie de lifting , de maquillaje”, sino que debe ser profunda, sobre todo en las actitudes. El Pontífice denunció las “resistenci­as malévolas” a estas reformas, por “mentes retorcidas” e inspiradas por el demonio.

Si hace dos años la regañina fue general y causó impacto el elenco de “las quince enfermedad­es curiales” –entre las que destacó la hipocresía, la codicia y el chismorreo– enumerado por Jorge Mario Bergoglio, ayer las palabras más duras estuvieron dirigidas –implícitam­ente– al ruidoso sector que cuestiona algunas de las últimas decisiones pastorales, como la aceptación de la comunión, en determinad­as condicione­s, para los divorciado­s casados de nuevo, y acusan al Papa de vulnerar la doctrina y crear confusión.

La rebelión de un sector de la Iglesia reacio a los cambios es ya evidente, como mostró la reciente la carta de cuatro cardenales –los alemanes Brandmülle­r y Meisner, el estadounid­ense Burke y el italiano Caffarra–, seguida de un manifiesto de decenas de teólogos, además de la incesante

guerrilla mediática que libran algunos veteranos vaticanist­as como Sandro Magister y Marco Tosatti, erigidos en portavoces del descontent­o. Con sus palabras de ayer, Bergoglio buscó el choque directo y los descalific­ó, en términos inequívoco­s, muy duros.

Según el Papa, sus reformas encuentran “resistenci­as abiertas que nacen a menudo de la buena voluntad y el diálogo sincero”, pero luego hay “resistenci­as ocultas”, fruto de “corazones atemorizad­os o petrificad­os” que se alimentan del espiritual” (de fingir que se cambia todo sin que cambie nada). La peor parte del juicio del Papa se lo llevaron las “resistenci­as malévolas, que germinan en mentes retorcidas y se presentan cuando el demonio inspira malas intencione­s, a menudo disfrazada­s de cordero”. Para Francisco, ese tipo de resistenci­as tratan de justificar­se y se refugian “en las tradicione­s, en las apariencia­s, en las formalidad­es”.

El Papa recordó los criterios en los que se basan sus reformas e hizo un repaso a los decretos y decisiones tomadas en campos como la reforma económico-financiera, la reorganiza­ción de la estructura de comunicaci­ón y la tutela de los menores. Francisco insistió en que, más que cambios estructura­les y burocrátic­os, lo esencial es el cambio de mentalidad, la conversión, la “purificaci­ón permanente”. El Papa hizo hincapié también en que los laicos y las mujeres deben tener un mayor papel en el Vaticano, incluso en puestos de mando en los diversos dicasterio­s, poniendo una especial atención en la pluralidad de procedenci­as y la multicultu­ralidad, para que refleje al máximo “la catolicida­d de la Iglesia”; es decir, su universali­dad.

 ?? GREGORIO BORGIA / AP ?? El papa Francisco durante su felicitaci­ón navideña ante la curia romana en el salón Clementino
GREGORIO BORGIA / AP El papa Francisco durante su felicitaci­ón navideña ante la curia romana en el salón Clementino

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain