El juez deja libre con fianza al exsecretario de Manos Limpias
Bernad sigue acusado de extorsión a entidades y a los abogados de la infanta
En libertad bajo fianza de 50.000 euros. Ésta es la situación en la que queda el secretario general del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad, por decisión del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Bernad llevaba en prisión provisional desde el pasado 18 de abril, en que fue detenido en una operación en la que también fue arrestado el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, que sigue encarcelado.
Ambos fueron imputados por extorsionar a diversas entidades y a los defensores de la infanta Cristina, ya que se habrían ofrecido a retirarse del caso Nóos, procedimiento en el que Manos Limpias ha actuado en ejercicio de la acción popular, a cambio de tres millones de euros. Bernad tendrá que presentarse ahora semanalmente ante el juez y se le retira el pasaporte.
La puesta en libertad de Bernad, que ya había pedido salir de prisión en tres ocasiones, sólo puede constituir una sorpresa relativa. A lo largo de los meses transcurridos, la investigación ha avanzado con ciertas dificultades, y en todo caso respecto del secretario general de Manos Limpias el material probatorio reunido es menor que el relativo al presidente de Ausbanc. La Sala Penal de la Audiencia iba a plantearse hoy la posible salida en Bernad de la cárcel, en respuesta al último recurso de apelación contra la decisión de Pedraz de mantenerle en prisión. Ahora esa intervención de la Sala carece de objeto. El juez, que ha tenido en cuenta el precario estado de salud de Bernad, se ha anticipado.
En su resolución, Pedraz sostiene en esencia que ya no hay un riesgo elevado de que Bernad destruya pruebas. Pero se deduce asimismo del auto que la situación del secretario general de Manos Limpias es distinta de la del supuesto responsable máximo de las operaciones de extorsión. De estas acciones, la que tuvo mayor resonancia fue la realizada ante los abogados de la infanta Cristina, denunciada en un momento en el que la Policía llevaba ya varios meses tras los pasos de Pineda y Bernad. Las conclusiones a las que pueda llegar el proceso, en todo caso, resultan inciertas, porque las detenciones se precipitaron a raíz de un chivatazo que le permitió a Pineda enterarse de que sus actividades estaban siendo investigadas. La Policía temió entonces que el presidente de Ausbanc pudiera darse a la fuga, y decidió cortar por lo sano. Nunca se sabrá si habría podido descubrirse mucho más si hubieran continuado las averiguaciones con ambos en libertad, simplemente bajo control.
Pedraz dispone de la transcripción de conversaciones telefónicas grabadas durante los meses previos de investigación que dan pie a las acusaciones, porque algunos de aquellos diálogos son muy explícitos. En ellos, Pineda se refiere al chantaje a los abogados de la infanta y sus posibles réditos como “el tren de nuestra vida”. Pero la investigación ha chocado con la poca colaboración de algunas de las entidades supuestamente chantajeadas. En muchos casos, la fórmula empleada eran contratos de publicidad con Ausbanc. Las tarifas quizá no eran las normales, aunque si quien las pagaba asegura que lo hacía sin coacciones, se le podrá creer o no, pero ya resulta más difícil mantenerle en el renglón de los perjudicados.
El juez permite la salida de Bernad porque ya no hay riesgo de destrucción de pruebas