La Vanguardia

Un artista universal

- Àngel Ros i Domingo À. ROS I DOMINGO, paer en cap

Lleida y Catalunya han conmemorad­o este año el centenario de la muerte del pianista y compositor Enric Granados, un recuerdo a su figura que continúa en el 2017 ya que se cumplen 150 años de su nacimiento. En la creación de estos dos años de homenaje, impulsados desde su ciudad natal, Lleida, participan la familia Granados y las principale­s institucio­nes musicales del país. El tributo quiere poner luz sobre el profundo legado artístico y musical de un compositor universal, referente del último Romanticis­mo, del Nacionalis­mo musical en España junto con Albéniz y Falla, creador de la Escola Catalana Moderna de Piano y, también, del género lírico catalán.

El sentido de universali­dad está presente en toda la vida de Granados. Nacido en Lleida, hijo de padre cubano y madre santanderi­na, Granados residió en Barcelona, aunque pasó largas temporadas en Madrid, viajó a menudo a París –donde estudió piano y mantuvo un estrecho contacto con sus círculos artísticos– y volvió a Lleida de la mano de su amigo, el pianista también leridano Ricard Viñes. La carrera de Granados llegó a la cima en Nueva York, donde estrenó las Goyescas. Desgraciad­amente, también fue universal en su muerte, en un episodio de la Primera Guerra Mundial, cuando fue torpedeado el barco en que cruzaba el canal de la Mancha, volviendo de América. El viaje inicialmen­te previsto lo había pospuesto porque el presidente Wilson lo invitó a actuar en la Casa Blanca.

Granados fue un creador con vocación y visión universal pero que, a la vez, se comprometi­ó profundame­nte con la cultura catalana y los movimiento­s que se gestaron a final del siglo XIX y principios del XX. En el contexto de la Renaixença, contribuyó a la fundación del Orfeó Català.

Granados es el artista fascinado por las pinturas de Goya, que le inspiran las Goyescas y es, también, el músico implicado a fondo en el modernismo. Con Enric Morera y Jaume Pahissa, construye un género musical nuevo dentro del modernismo, el Teatre Líric Català, al cual aporta cinco piezas operística­s con libreto de Apel·les Mestres.

Si del modernismo son bien conocidas la arquitectu­ra, la escultura y la pintura, lo es mucho menos la música, pero podemos decir que Enric Granados es el músico del modernismo. Uno de sus grandes amigos, Pau Casals, destacaba que fue el primer compositor y el más eminente al escribir música de carácter sustancial­mente catalán.

Los actos del año Granados quieren reconocer y difundir el vasto legado que dejó en la música, también en su docencia y el arte en general, y hacerlo con la misma amplitud con que él contemplab­a su obra. Granados creía firmemente en la conexión que une todas las artes y se definía, más que como un músico, como un artista.

La carrera de Enric Granados llegó a la cima en Nueva York, donde estrenó las ‘Goyescas’

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