El zoo de los ‘triunfitos’
Illumination Entertainment, el joven sello de animación comandado por Chris Meledandri, parece tener prisa por pisar firme en el muy competitivo terreno del género: midiéndose con los gigantes Pixar y Disney, y quizás aprovechando el periodo de discreción creativa que atraviesan DreamWorks y Blue Sky, los de Illumination han estrenado este año que ahora acaba dos productos, Mascotas y ¡Canta!, ambos protagonizados por animales. Los dos títulos merecen la visita por su calidad técnica, por el ingenio desplegado y por sus muchos momentos afortunados, pero tal vez no alcanzan el carisma de las obras señeras de la compañía, que son las dos alocadas aventuras del buen malvado Gru (para el año próximo está anunciada la tercera) y su spin off, Los
minions.
La base argumental de ¡Canta! es sumamente tradicional, y hace honor al nombre de la productora, ese entertainment que iluminó el ocio americano del pasado siglo. Pues su protagonista, un simpático koala, es un entusiasta empresario teatral cuyo negocio no rinde económicamente y está a punto de ser devorado por los bancos. Para salvarlo, ideará un concurso musical que le devuelva la fama. Y a él se apuntarán una elefanta, un gorila callejero, una cerdita, una puerco espín metalera, un ratoncito (muy Stuart Little) con ínfulas de crooner, etcétera. La presentación de personajes inicial es un pequeño prodigio de descripción de ambientes y configuración de caracteres. Hay por el camino gags imaginativos y eficaces, como el pequeño lance informático que convierte una cifra modesta, por añadido accidental de ceros, en otra desorbitada (no . sería de extrañar que sus artífices se inspiraran en un gag muy parecido de la extraordinaria Pánico
en la granja). El clímax, en cambio, se hace prolijo, sólo para amantes de Operación Triunfo, La
voz y similares. Y la moraleja final, eso de luchar por tus sueños y tal, está tan manoseada que ya da grima. Pero hay una perla en
¡Canta!, el mejor personaje animado del año y de muchos años: la ancianísima secretaria reptil del koala, que arrasa en cada aparición.